miércoles, 22 de diciembre de 2010

Nightmares after Christmas

Qué rápido pasa todo, ya hace dos semanas que no escribía, ya hace 3 meses que empezamos el curso y ya hemos aprendido tanto... y nada comparado con lo que nos queda. Navidad, qué bonita época para llenarla de paz, de amor y miradas fijas... a los apuntes, esa fotografía de hace dos meses con un montón de notitas con color negro en los bordes que intentan decir algo pero no se entiende muy bien el qué y acabas dejando un interrogante en rojo al lado para posterior revisión. Es genial, es... bueno, es... ya te lo diré en Enero lo que es la Navidad...

Ah, y Feliz Navidad para todos!

domingo, 5 de diciembre de 2010

Aporte positivo


Sé que llegaré,
sé que lo podré conseguir;
creo que lo haré,
creo que lo debo compartir.

Es la esperanza,
es la confianza,
ser constante
y no mirar atrás.

Ser positivo,
no adictivo;
nadie nos comerá,
seremos como siempre,
nuestro propio postre.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Aporte

Es difícil saber qué es imposible, el sueño de ayer es la esperanza de hoy y la realidad de mañana.

Robert H. Goddard

Todo se resume pues, en un gradiente de probabilidades, desde las cosas más probables a las menos probables. Mientras, a seguir con el sueño de hacer posible lo improbable, sus términos medios y a la viceversa inversa.

lunes, 29 de noviembre de 2010

29-N Un día más de frío, de "cuatro gotas", de mucho trabajo, para compartir, para chocolates calientes, para disfrutar y para evadirse en el coliseo, donde los ojos de mucha gente se concentrarán durante 90 minutos. No pensaba verlo, pero padre me ha descubierto esto. Igual lo veo en lugar de escucharlo, Termodinámica mediante.

martes, 23 de noviembre de 2010

Y surge efecto, de nuevo. Y nos reinventamos y nos recuperamos del día anterior, del golpe de una caída. La habitación vuelve a tener sentido, pero la variable tiempo oscila por épocas, comienza en 0 y termina en -1. Qué complicado llevarlo todo al ritmo, y con las ganas que tengo de disfrutar en un mismo día de todos mis caprichos, y me los tengo que negar. Me tengo que negar a escribir, a leer, a tocar y hasta casi dormir (si es que dormimos por capricho). Considero que a partir de las 8 horas, el resto es capricho. Y en verano ya es vicio.

Aislarme de estas actividades para que al día siguiente esté todo más o menos fijado, que mi mente esté cuerda para con lo que está destinada y quizá tener un descanso de la vista una hora para comer. Por la tarde, ya en el ocaso la vista es cansada, a lo lejos ya no se ve tan nítido. Y me arrepiento de no haber seguido los consejos de la oculista que versaban sobre el descanso de 5' cada 30'. No estoy muy de acuerdo con todo el tiempo que invertimos en las clases pero, de momento, no tengo ningún sistema mejor para exponer. Más que nada porque el de ahora no me deja tiempo para programarlo. Paradójico.

Y no es por ser negativo, siempre positivo. Mira la cara de este blog, ya parece que sonríe de nuevo. Está preparado para leer, de vez en cuando, alguna animalada que me dé por soltar.

Que, al fin y al cabo, todo es ponerse... teniendo de fondo la naturaleza de Gettel y el análisis de vigas por amigo.

Un saludo!

lunes, 22 de noviembre de 2010

Dios mío, esta habitación pide a gritos un cambio.


sábado, 7 de agosto de 2010

Labios, susurros, la nuit


Me siento tentado a volver a escribir en este ordenador, como aquellos veranos en que no había mañana, en que la noche, con Internet, con el juego del momento llenaban toda mi vida. Eso y los libros. Algo que nunca dejé. Ahora sentado en la misma silla azul, incómoda como siempre, me gustaría hacer lo que siempre sueño, escribir, en silencio, oyendo las teclas de un teclado antiguo, usado y cuidadosamente memorizada la distancia de cada tecla a la contigua.

Ahora parece la misma situación, las tantas de la mañana, en un ordenador sin Internet, con la tapa del piano todavía abierta, pero la cama ahora está deshecha, donde recientemente habíamos yacido durante una fugaz hora, abrazados, nariz con nariz, boca con boca, narrándote todo cuanto sentía. Por eso la situación no es la misma. Han pasado muchas cosas desde aquel entonces, niño inocente, o no tanto, pero un poco menos experimentado en la vida. Y es que a medida que pasan los años, la tabla de multiplicar se te va olvidando, y llegan nuevos intereses, nuevas obligaciones, nuevos derechos. Todo comienza tan extraño y sigue siendo tan normal con el tiempo. Dicen que es la confianza, pero el amor se hace más cómplice con estos detalles. Ahora mismo te susurraba al oído. Te hablaba sin parar, de cómo lo hacía en invierno, en esas noches pasadas por agua, tapados entre sábanas, contándote ocurrencias de las 4 de la mañana al oído, mientras dormías. Y lo sorprendente es que yo me creía que te lo había comunicado, pero de un sobresalto levantabas el cuello, mascabas la boca de lo seca que se encontraba, entreabrías los ojos extrañada, y sonreías por darte cuenta que todavía estaba ahí a tu lado y que nada había sido un sueño. Yo, por otro lado, orgulloso de haber reflexionado con tu subconsciente. Y pensar o intentar creer que eso lo debías oír, pero nada de nada, ni darte cuenta de la jugada.

Así ha sido hoy, hablando del mundo, hablando de nosotros, de los viajes en tren, en coche y en avión. De las fotos en cualquier lugar de los que te he descrito. En un café de Nueva York, en una fachada coqueta alemana, en un callejón Amélie de París, en la plaza principal de Praga, en cualquier preciosa ciudad italiana. Siendo el motivo principal de una postal en los fiordos, Finlandia, Suiza, Viena, Moscú, la Muralla China, el Kilimanjaro, Río de Janeiro, la Patagonia, el Teide, Australia, Nueva Zelanda, Asturias, Galicia, Lisboa, ese pueblecito cual castillo más bonito. Maravillado de tu placidez tras haberte recorrido el mundo en palabras, te digo que vamos a la Luna y un dedo se desplaza a tu suave nariz para acariciártela, inconscientemente. Por eso espero, que aunque no me escuches, estés al tanto de lo que te narro, porque a mí me parece como si te lo hubiera dicho mil veces, y en realidad no lo has escuchado ninguna.


Y los besos… me fascina la manera en que los humanos se agrupan de dos en dos, más o menos, cuando intercambian esos fluidos que corren por sus lenguas, hechas un nudo, juguetonas, cuando se enroscan de tal manera como para desfigurarse el cuello. No entiendo muy bien el beneficio en ello, pero por su manera de abrir los ojos, sus sonrisas, se percibe energía estable, se percibe una conexión íntima, un todo, un uno.

Y las caricias… Dicen que los bebés necesitan muchos mimos, muchos besos y palabras bonitas para desarrollar su intelecto, para evolucionar, porque se ven arropados, seguros y protegidos. De algún modo te lo intento transmitir cuando duermes cerca de mí, llevando las yemas de los dedos de extremo norte a sur de tu tez, observando el pestañeo involuntario de tus párpados, el pequeño tic con los dientes de morder, alguna convulsión espontánea. Todo esto lo observo y me maravillo cómo de un momento a otro suena el tono estridente de uno de esos aparatos táctiles que tan locos llevan a los ejecutivos y al resto del mundo en general, y te despierta, de un sobresalto para apagarlo, para decirme que te tienes que largar si no quieres llevarte una bronca. Y me quedo vacío de corazón, de pasar una noche más sin tu calor, sin tus abrazos debajo del edredón y sin tu respirar en el frío silencio nocturno, dejando entrever que todos esos recuerdos de invierno son productos de mi imaginación. Eso me entristece, tras haberte tenido tan relajada con mis cuentos de hombre mayor, de cómo quiere escribir el futuro, de cómo quiere recordar el pasado – que como dice un tal Bretodeau, ves toda tu infancia recogida en una pequeña caja de recuerdos- que no es triste, es melancólico, que de lo pasado ya no se recoge el fruto. Que el futuro no existe, sino el presente que sucede tan rápido que ya es pasado, ya es recuerdo. Y por eso escribo, a estas horas, cuando la vida gira de otro modo.

Todos duermen. No hay prisas. –Tintineo de llaves- A decir verdad, algún vecino rezagado acaba de llegar a casa, pero aparte de éste, nadie marea la perdiz, todo está tranquilo para dejarte llevar, para que la cabeza conexione de la manera en que decida hacerlo, sin sobresaltarse por nada.

Qué más da, si he encendido este bicho para recordar aquellos veranos en que no había mañana, en que la noche, con Internet, con el juego del momento llenaban toda mi vida. Ahora no es que no los necesite, es que hay algo que llena mi vida de otra manera, para el resto de Human Beings ni mejor ni peor; para mí, incomparable a ninguna otra aglomeración de átomos en cualquier estado, dentro de este Sistema Solar, yacido en la Vía Láctea, en medio de la nada, en medio de trillones de infinitas estrellas que pululan ahí arriba, en la azotea. Aquellos dos destellos de luz, que nunca iban a parar de entrecruzarse, eh? Ahí están, sin soltarse el uno del otro, burbujeándose y oxigenándose directos, a la inversa, a la viceversa y recíprocamente.


~Todo por hoy~

jueves, 5 de agosto de 2010

Día 10. Come back home





El día de hoy ha sido todo un trajín. A las nueve y media de la mañana ya teníamos que tener desalojada la habitación. Para ello, hemos desayunado pronto y dejado la habitación y la maleta recogidas. Tras esto, hemos ido al café a realizar unas cuestiones de las que no estaba del todo de acuerdo. Como el único con ordenador era yo, me han cargado el San Benito. Yo sería el encargado de reunir todas las fotos y realizar un CD. No es por poner pegas, pero mi Netbook no tiene disquetera, por lo que yo si queréis las paso, pero no lo podré copiar- he dicho. A parte cada dos redactan un día de los diez. No entiendo cómo, pero han preaceptado enviarme todos los días a mi correo para juntarlos y redactarlos mejor. Venga ya! Esta mañana tenía planeado cambiar una caja de té y mirar alguna camiseta, además de visitar el St. John’s College.

Así que, en el café, muy serenamente me he dispuesto a introducir 9 tarjetas de cámara de fotos en mi NetBook e ir creando carpetas de diferentes nombres. Cuando he terminado, he recogido y me he ido solo. Me quedaba tan solo una hora para bajar al centro y hacer lo que tenía en mente, porque la hora límite eran las doce de la mañana, momento en que habíamos quedado para comer. Encima las nubes amenazaban lluvia y llevaba el portátil en la mochila. No era plan de que diluviara. Así que tras el rato de tiendas, me he metido en el St. John’s y he hecho un vídeo completo y alguna que otra foto. He pensado que era mejor grabarlo todo y no perder demasiado tiempo echando fotos. Diez minutos antes de las doce he cogido el bus que subía directo al Fitzwilliam. He llegado bien, todavía quedaba gente por llegar. No obstante, hemos ido entrando a la cocina a elegir los platos del día. Se ve que había una ceremonia de graduación- los ingleses con el gorrito- así que nos han trasladado a un salón de conferencias para comer. Mesas con mantel, centros de mesa y todo muy bien decorado. Le habían preparado una pequeña carta, en respuesta al discurso del viernes de Eli. Así que al final de la comida, alguien lo ha leído.

A partir de esto momento, maletas, taxi, ganas de reencontrarse, 11 libras, autobús a Stansted, llegada, aeropuerto, baño, maletas, ganas de besar, facturar, 14.4 kg, esperar, despedidas, abrazos, adioses, esperar, 17.00 retraso del avión a las 18.15, más espera, ganas de abrazar, pueblo duerme, llamadas a casa, embarque, colas, líos, avión, asientos, incomodidad, esperar, nervios, más espera, Ryanair, espera, 19.30, motores en marcha, cinturones, movimiento, encarar, despegue, sensaciones, fotos ventanilla, buscar a Willy, Genealogía de la Casa Británica, párpados juguetones, que bajan que suben, cuello indómito, somnolencia, incomodidad, guiñote from lost to the river, Pirineos, Alcañiz, Valencia, noche, luces, cinturones, aterrizaje, calor , bochorno, saludos a las cristaleras, cinta de maletas, a esperar, no sale, esta?, no, siguiente, tampoco, preocupación, menos gente, nervios, ansia, ahí está, maleta, baño, pasillo, puertas, caras, reconocer, sonrisas, alegría, casi lágrimas, abrazos, amor, hablar, hablar y hablar. Coche, sin salida, sin rumbo, gasolinera, ideas claras y hasta aquí.

Abrimos la puerta, dejamos la maleta, nos ponemos el bañador, toalla y a la piscina. Bañito y parloteo hasta las mil.

Buenas noches Inglaterra, un joven recuerdo.

Día 9. Treasure Hunters





Segundo y último viernes en Reino Unido. Ha sido un día exciting y muy competitivo. Por la mañana, lo que viene siendo de costumbre entre semana pero con un plus de despedidas con los profesores de la academia con el certificado de la misma. Algunos compañeros se quedan extrañados cuando las fechas del diploma son 12/07/10 al 16/07/10 ya que lo normal es estar tres semanas o un mes, aunque hay gente que llevaba meses. Es interesante lo de algunos, el llamado año sabático de sabat¿? de descanso será. Se tiran un año al extranjero, buscándose la vida de aquí para allá y acudiendo al estudio del idioma cada día. Es una aventura que no descarto compartir algún día, pero seguro que un año así no me lo tiraría. Quizá un mes, dos a lo sumo. Añoro mi casa, y cuando digo mi casa me refiero a todo lo que me ha ido rodeando durante diciannove anni. Pero creo que es una de las mejores maneras de integrarte en una cultura, y aprender más de ella, porque tienes que buscarte la vida para sobrevivir, y así se aprende mucho, a mi parecer. Por ello valoro mucho a la gente que se lanza a hacer estas locuras. Hoy por hoy, no me veo en condiciones pero oye, una locura es una locura.

En fin, a lo que íbamos, que concluyendo las últimas clases, nos hemos ido a comer de nuevo a la parada de las jacket potatoes. Esta vez ha sido una jacket potato con matture cheese con atún. Deliciosa y llena a más no poder. Por eso, la elección no ha sido del todo buena si pensamos en lo que nos espera por la tarde. Así que había que dejar reposar para que la digestión fuera lenta y correcta. Finalmente, a eso de las tres y media, habíamos quedado en al Park Spice para comenzar con la prueba de campo Treasure Hunt. Se nos han repartido hojas con unas 28 preguntas a contestar. Cuestiones que versaban sobre pequeños detalles de Cambridge que hemos ido viendo a lo largo de la semana. Al principio un poco de desorientación. Yo me hice el valiente de decir, id a hacer esto mientras yo hago lo otro y quedamos en tal sitio. Cuando llegué al lugar donde me deberían estar esperando, no había nadie. Me desmoralicé bastante por pensar que todo había terminado, por ver que no nos habíamos organizado bien. Pero de perdidos al río. Empecé a buscar al resto del equipo y en la estancia de información del ayuntamiento los encontré. Así, pletórico de energía seguimos con las pruebas, corriendo ciudad arriba, ciudad abajo. Me tomé esta prueba como algo personal, muy competitivo, porque me motivaba. Realmente no pensaba que lo lográramos, siempre pienso que hay alguien por encima de ti. Pero fue el momento de contestar la última pregunta, de demostrar que nos la sabíamos. La demostración consistía en encontrar el pub donde Eli, la coordinadora, se encontraba.
Cuando llegamos a la cristalera del pub y la vimos dentro, sentada, sola, aplaudiéndonos, fue tan emocionante… haber llegado primeros. Y nos sentamos a su alrededor, para contar cómo había transcurrido la prueba. Parecía que una de las preguntas nos la saltamos y yo decidí salir calle abajo, corriendo para comprobar esa pregunta. Me agoté demasiado comparado con la poca repercusión que tuvo saber esa pregunta, porque ya desde la distancia y la calma, esa pregunta se la saltaron la mayoría. A medida que llegaban los grupos nos tomábamos refrescos y comenzó el recuento de puntos. Fue ajustado, un punto extra por ser primeros y un mayor número de respuestas correctas dio al grupo el primer puesto. Fue gratificante, el cansancio supo bien y la taza de porcelana con los escudos de los 31 colleges como premio me azucaró un buen tazón de Earl Grey. Más entregas de diplomas, y vuelta al Fitzwilliam para ducharnos y cambiarnos. Algunos aprovecharon el tiempo antes de la cena para preparar la maleta. Yo bajé al café con el Skype. Me moría de ganas por hablar unos minutos aunque fuera. Pero pronto me tuve que ir para hacer la última cena en England, en un Curry, el Curry King. Comida india, salsas picantes y carnes típicas de allí. Bonita cena, con discursos, fotos y un rato de fiesta. Por la noche querían marcha, yo me hubiera vuelto pero visto que era la última noche, quisieron entrar en una discoteca. En la mismísima entrada me atracaron con 5 libras para entrar a un antro lleno de especímenes realmente extraños, música cambiante, arrítmica, insoportable. Ya digo, lo único que añoro es la ausencia de humo en estos lugares, pero por el resto, podríamos haber estado charlando en cualquier buen pub de la zona. De ahí, la fiesta decayó y nos volvimos al college para preparar la maleta (algunos) y dormir después.


~Todo por hoy~

viernes, 16 de julio de 2010

Día 8. Earl Grey afternoon

Lo que en España sería una de cañas, aquí nos fuimos de pintas, o lo que es más corriente, hicimos el Pub Crawl. Al final no fueron 8, sino la mitad. Tuvimos suficiente para ser la primera vez que se hacía algo así. La idea es original, es muy tradicional y apuesto porque en España también se hace ir de pub en pub a ver dónde está la marcha. Durante la noche ocurrieron cosas insospechadas, como quemar anís en la boca de alguien, que otra cante una sevillana a grito pela’o en medio de una calle trabajadora de Cambridge a eso de las 11 de la noche (como las 4 de la madrugada en España), que otro cante Estopa cogido en una farola para, acto seguido, comenzar a llover. En fin, algunos momentos realmente puntazos de la noche. Como sospechaba tampoco llegamos a ir de gatas. Un servidor hizo foto a cada pinta que vaciaba por si acaso, pero cuando a la cuarta vió que el cuerpo le pedía reposo, no hizo falta llegar a perder la memoria o cosas por el estilo. En definitiva, la moderación y el control prevalecieron sobre el resto.
Con tal de dormir unas pocas horas, llegamos empapados al College. Duchita y a descansar. Esta mañana de nuevo ha costado levantarse, de nuevo colada monumental, más grande que la del miércoles y de nuevo clases al LSI. He aprovechado para hacer algunas fotos a la casa durante el mini-break y tener un recuerdo también de ese curioso lugar. No comprendo cómo puede caber tanta gente sin hundirse dentro de una casa particular, habilitada para la enseñanza, pero, al fin y al cabo, particular. No entiendo cómo no para de salir gente y gente, cuando en realidad, el aspecto exterior es de una casa cualquiera de la Tenison Road. Las clases han sido entretenidas, hemos aprendido vocabulario nuevo, expresiones y sobretodo se va perdiendo la vergüenza de participar y hablar en público de manera natural. Desde luego que estar en un grupo que nadie te conoce previamente -y cuando hablo de grupo me refiero al grupo de clase, con gente del abroad- mejora la expresión, disminuye el nerviosismo, y además saber, que estás clasificado con gente de tu mismo nivel, y que más o menos estás en las mismas condiciones de habla. Muy bueno. Al terminar hemos hecho camino al Fitzwilliam Museum para ver obras pictóricas, esculturas, cerámica y equipamiento militar, desde Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia, España, Oriente Próximo, China, Egito, Imperio Romano y Grecia. Enfocados en épocas desde las tumbas faraónicas, hasta la actualidad, pasando por la Edad Media, Renacimiento, Barroco, Clasicismo, Romanticismo, Vanguardias… Viendo Murillos, Delacroix, el busto del mismísimo Stokes –famoso por su fatídico teorema matemático- y muchos más. Interesante pero estresante para tener tan solo una hora para recorrerlo todo.

Tras este recorrido, hemos snackeado un sandwich de pepino y gambas…Erghh y hemos partido con el Grantchester Tour: un pequeño pueblo a 3 millas de Cambridge en el que existen “cafeterías”, zonas de retiro –llámelo como quiera- donde es típico tomar un té en compañía, sentado en unas hamacas. Hacía mucho viento, pero el tiempo era espléndido. Los paisajes no se podían apreciar con otro elemento que los propios ojos. Es por eso que me entraba añoranza por aquellos seres queridos que no pueden ver lo que entraba por mis ojos. Fotos y vídeos intentando inmortalizar, pero difícil de revivir si no estás. El té de Vainilla, el de Mango y el Earl Grey con leche han comenzado la merienda, seguido de los famosos "Scones" rellenos de frutos secos, pastel de zanahoria, de Toffee y algunos dulces más. Sirviendo lo que deseas y reposándolo en una hamaca en un paraje del todo relajante, en un lugar donde Virginia Woolf y otros escritores se retiraban en épocas invernales para tomar té y dejarse llevar con la imaginación. Probablemente alguna de sus historias haya salido de aquel lugar. A la vuelta ha habido cena en el centro. Finalmente, bus y al College. La mayoría han ido a descansar, cosa que haré en breves instantes. Está lloviendo, hace frío. Y da más gusto que lo haga cuando te dicen que en Sevilla están a 50 grados al Sol. Desde luego que pisar tierras Españolas debe quemar hoy por hoy.
Lo que son las casualidades que esta mañana tenía el deber de crear o encontrar un limerick, un poema con rima. La verdad es que no he pensado demasiado en ello hasta que he llegado al jardín de Grantchester. Pero por casualidades de la vida, he encontrado un folleto con algo de historia del lugar. Y curioso de mí, lo he cogido. En él he encontrado varios poemas de uno de los escritores que acudía a tomar té asiduamente. Mañana será una experiencia que contar en clase.
Poco más puedo decir, más que descansar para mañana viernes, un día de Busca del Tesoro. Es una prueba de fuego, de coger el chándal, una botella y la mochila y echar a correr por el centro como un descosido. Se tratará de realizar algunas pruebas, responder algunas preguntas que esconden las esquinas de Cambridge. Si hemos estado atentos tendremos una ayuda extra, sino, ya podemos trabajar aprisa.



~Todo por hoy~

miércoles, 14 de julio de 2010

Día 7. Pub Crawl


Esta mañana me he vuelto a hacer el remolón en la cama. El despertador sonaba cada cinco minutos. Hasta que a las 4 veces de sonar lo he parado. Pero he seguido durmiendo hasta que mi cabeza ha empezado a ser consciente de lo que iba a pasar si me dormía con la alarma quitada. What a mess!! Así que me he levantado a regañadientes, me he vestido con los pelos de punta –con lo calentito que se estaba debajo del nórdico-. Y de cabeza al desayuno, con una cola kilómetrica. Pero avispado, he visto una falla en la cola y he conseguido ganar como 30 puestos por delante. Algún inglés o ruso me habrá desangrado a insultos pero no importa, hoy por mí, mañana por ti. El desayuno ha sido bastante completo, dejando de lado huevos, bacon y salchichas, porque ya está bien de desayuno americano. He preferido leche, cereales y tostadas con mermelada.

Con la comida a medio terminar nos hemos ido al autobús. Que el tiempo iba en contra y lo hemos visto difícil llegar a hora a la academia. Resulta cruzar toda la ciudad, un ratito a pie y otro con el coche de San Fernando con bús. Con todo el trajín, hemos llegado a tiempo. Las primeras horas han sido de somnolencia contínua, aunque me enterara de lo que estábamos haciendo. Y las dos siguientes han sido más amenas, con juegos y anécdotas y consejos del profesor para sobrevivir en esta ciudad. Aquí en seguida se hace la hora de la comida. A la 1 estábamos en la puerta del Ayuntamiento con un sandwich entre manos para terminar y llegar al College.

Porque a las tres ha habido unas clases de Conversación. Los juegos se han hecho muy amenos y divertidos. Tras ellos, a las 6 vuelta a la cola del comedor para cenar. No entiendo muy bien este sistema de alimentación. Parece ser que a la hora de la comida es un hecho globalizado que todos tienen su prisma triangular con un Sandwich partido y una botella de agua o refresco. Tras esto, en unas pocas horas ya estás cenando, cuando en España es la hora de la cervecita o de la merienda. ¿En qué rayos piensan estos ingleses? Y si te tomas las cosas con tranquilidad la llevas clara porque quizá te quedes sin cena antes de tiempo. Los platos te los quitan de las manos. Parece como si tuvieran prisa por fregarlos e irse a dormir. Y es que tras cenar, todavía te queda un montón de tarde y noche hasta las 12 que te acuestas.

En fin, después de cenar se ha quedado a las 20.30 aquí donde estoy, en el Café, para emprender el Pub Crawl. Es un tour que consiste en recorrer unos 8 o 9 pubs del centro e ir bebiendo una pinta en cada uno. Se debe realizar en una hora. Y si esto es cierto creo que empiezo a creerme aquello que dicen que es típico ir de uno a otro a gatas. Creo que prefiero estar sobrio para echar unas magníficas instantáneas de aquellos valientes que se igualen en filas con el mismísimo Homer Simpson o su amigo de barra Barney. Ya comentaré el desenlace. Y bien, esto es…

~Todo por hoy~

Día 6. Reflexiones

Abres los ojos, cansado, la luz entra demasiado blanca como para hacer buen día. Hace frío, el suelo está húmedo y la ropa sucia comienza a pesar más que la limpia. El desayuno es fuerte debido a la puntualidad, así como la llegada a la academia en el primer día lectivo. El primero de cuatro. La primera profesora es un tanto estirada, pero se le entiende bastante bien. La gramática se hace poco amena durante dos horas. Al contrario llega el speaking y juegos de desarrollo de la lengua. Conoces gente nueva a la del grupo procedentes de varios países: Portugal, Polonia, Italia, Turquía, Colombia y España. Realmente interesante esta mezcla cultural. También hay que mencionar que en el grupo hay una gran riqueza de sabiduría porque la variedad de carreras que cada uno cursa es inmensa. Por lo que cada uno puede aportar su granito de arena a la experiencia común. Tras las clases se queda en el centro para comer una Jacket Potato y grapes para enlazar con una tarde de museos.

Con el cansancio te vas al College, con duchita fría. Un rato de deberes y contactar con España y a cenar. Tras ella comentarios sobre la jugada de hoy y juegos de cartas divertidos y amenos para relajar al personal. Tras ellos, irse a dormir pronto y escapadita para verte.
Quería hablar un poco o intentar describir lo que siento estando aquí. No es nada fácil conseguir un retrato de mi entorno desde donde estoy escribiendo. Desde el café del Fitzwilliam, sentado en un sofá de cuero, mirando más allá de los gruesos y enormes cristales, puedo ver inmensidad de naturaleza, de verdura, de multicoloridad, de hojas moverse, de sombras y claros en la hierba del suelo, donde algún atrevido –pese a los carteles de prohibición- se atreve a acostarse y echar las horas leyendo allí. La gente pasa por el pasillo que da al grande y cúbico comedor. El camarero entra y sale con sus quehaceres, esperando que le pida algún refresco mientras estoy a solas contigo. El paisaje de jardines paradisíacos está limitado por las casetas de habitaciones, oficinas, casas de gente importante del College y más edificios de conferencias, no muy altos. Dos pisos a lo sumo. Sales fuera y todo te transmite paz y retiro. Pero es que sales a la ciudad y pese al gentío que corre por las calles, los edificios románticos, góticos o incluso romanos y el mercado central crean un contexto medieval, un aire extraño pero familiar a la vez. Quizá por algunos de los libros que he leído están centrados en una época en la cual me he imaginado un contexto similar. A veces ocurre, y no te das cuenta hasta que descubres trocitos de Tierra. Te das cuenta que lo que un autor quiso transmitir está reflejado en parte en la realidad y en parte, en la mente de cada uno.
Pero volviendo al Fitzwilliam College, es un paraíso para gente muy inteligente, para máquinas del saber, pero como comentábamos en la mesa redonda, para gente que tiene muchos dotes en inteligencia, pero carece en otras facetas de la vida. Quien viene aquí, sacrifica cualquier tipo de relación social durante unos años. Dejando de lado los estudiantes de aquí, es un paradero realmente pacífico. Las habitaciones son bastante cómodas y todo está a mano. Escritorio, baño, cama, armarios, moqueta. Todo muy bien equipado. Y la conexión a Internet, uno no se puede quejar. En fin, por hoy creo que ya es suficiente.

~Todo por hoy~

Día 5. Starting Lessons


…estaremos o no, porque si te duermes tienes un problema para llegar a hora a los sitios. Extrañamente abres los ojos y solo haces tarde 10 minutos de lo esperado. El mal no es tan grave, pero la noche fue intensa. Reyes del mundo no se es todos los días, y hablar contigo no hace daño una vez al día.

El autobús llega tarde, la escuela es una casa típica inglesa reformada y hecha academia. Exámenes tipo test, facilones. Entrevista oral improvisada y espera hasta casi la hora del snack para saber los resultados. Grupo E, un intermediate alto. Nada mal, contento. Comida al centro, ayuntamiento y mercado. Odio las hamburguesas, la comida rápida, pero a veces debes rendirte a ellas y así ha sido. Para compensar, un buen racimo de uva. Y por la tarde visita guiada a diferentes edificios emblemáticos de la ciudad e interesantes por su antigüedad e historia. Iglesias, monumentos, museos, Colleges… de tot un poc!

Al llegar muerto al College, entras en la habitación, echas la llave y te tiras encima de la cama vestido. No importa, duérmete una hora hasta las 18.30 que cenamos. Y descansa. Por la noche película típica inglesa y Quiz de temática centrada en Cambridge. No importa cómo, pero por sorpresa, sin intentarlo, ganamos el quiz. Nos deben a pint. Que yo me la apunto. Comunicación hasta las 2 de la madrugada y a dormir unas horitas hasta las 7.30 que suena el despertador para ir a desayunar. Y comienza el segundo día de colegio.

~Todo por hoy~

Día 4. London Adventure


Día de más tren, más calor, más sol, más metros y sobre todo, de más ganas por arrasar con todo lo que se tope por delante. Con todas las ganas del mundo concentradas para conseguir obtener el mayor beneficio de esta suculenta oportunidad.
Terminar con los londinenses y pasar por algunos lugares olvidados y que requieren gran fijación como el Camden Market, Harrods o el London Bridge. Para ver estas tres cosas tan dispares se requiere una gran orientación de metro. Dos individuos dejados al libre albedrío en esos gusanos infinitos de pisos, escaleras, ventoleras y hierros en el andén no tienen más remedio que adaptarse o morir en el intento. Ellos se adaptaron y lo lograron. Ver las tres partes del itinerario en tiempo limitado debido al tren de las 16.15 de la vuelta a Cambridge para preparar la final de Holanda-España. Cenar pizza en el Sir Isaac Newton Pub y disfrutar de un partido interminable e insufrible con los compañeros de grupo, todos identificados por un mismo símbolo, una misma idea. Tras la cena, la sorpresa, el gol, la bendición, lo imposible realidad, la fiesta, los gritos, llantos, cánticos, las calles llenas de gente española en un lugar tan distante. Extrañezas de la vida. Parecía un pueblo del lugar más castizo de España. Por qué no, la famosa Macarena tan pedida por los ingleses. Querían que la bailáramos, y nosotros, con todo el ego del mundo en aquel momento nos hicimos pasar por monos de feria. Porque aquella noche podíamos ser lo que quisiéramos, porque ya era hora, porque la alegría unía hasta la noche y el día.

Pero pese a cenar pronto y el tiempo pasar lento, la noche se iba notando, y había que dormir. Mañana comenzaban las clases, los tests de nivel para ser más exactos. Ahí estaremos afónicos, sin garganta, somnolientos pero ahí estaremos…


~Todo por ahora~

Día 3. Nuevos hábitos

El Día 3 comienza con mucho sueño. 5 horas de sueño no son suficientes. El desayuno comienza cuando todos terminan. Solo falta él. A las 9 comienzan las clases con una profesora nativa. Ha sido una experiencia muy reconfortante. Saber que entiendes su pronunciación, que si te pregunta cada vez te quedas menos en blanco. Es genial. Al descanso sin saber qué hacer para aprovechar el tiempo, coge su cámara y se pierde entre los jardines del lugar para practicar un poco sus habilidades de fotógrafo y desafiar la imagen como si fuera el pionero de cada efecto que crea. Las risas con el típico Spanglishero de clase que también se lo coge como una broma. La comida no está mal, reconfortante cuando menos y salir disparado para coger este aparatito y poder contactar contigo. Alegría, muecas de añoro y burlas de cariño.

Por la tarde, experiencia del quince. Navegar con una barca sobre el río. Tú conduces, apáñatelas para no darte un buen chapuzón recién duchado y vestido. Una gran aventura que acaba en final feliz y con un transcurso muy muy cómico, del que historiadores que presenciaron aquellos momentos todavía recuerdan de entre sus líneas de palabras.

Por la noche, una salida de Pints y poco más, que se debe descansar, coger fuerzas para combatir esta fiebre de escribir, la fiebre de la muela del juicio, los flemones, las encías y para llegar a punto a London por segunda y última vez. No obstante, se encuentra un diminuto espacio de tiempo en el cual comunicar noticias a la familia.

Día 2. London Circus

El Día 2 comienza con un sueño-pesadilla, de llevarte de este lugar que acabas de llegar y de no quererte ir hasta que zanjes algunas cosas que todavía están pendientes. Pero la realidad vuelve, las 7 de la mañana siguen teniendo la misma dureza en un 40º de latitud que en 60º. No importa. El desayuno es potente porque London lo requiere. El Ibuprofeno es el compañero de viaje y todo está listo para zarpar by bus, by train and by metro. King's Cross Station impresionante, el metro otro que tal. Hay que detallar que estos ingleses han aprovechado el verano para ponerse a hacer obras por doquier.

En cualquier esquina hay un andamio montado, una grúa y una pala, más o menos sofisticadas. En este día se ven muchas cosas, se anda como nunca, como ya se avisó. Trafalgar Square, The National Gallery, Westminster Prime Minster, Big Ben, London Eye, City of London, Lloyd’s Bank y St Paul’s Cathedral y su piano, su cremoso y natural piano. Una dedicatoria, una melodia en el parque al oído de todos los allí presentes. Unbelievable tener la oportunidad de hacer algo así. Le sigue Picadilly Circus, Buckingham Palace, Green Park, Soho, China Town, souvenirs, para a las 20:30 acabar rendido en la fuente del cupido de la Picadilly Circus, tras haberse pateado todos los buildings or momuments señalados. De nada sirve esto, si no se zanja el día con una buena ducha refrescante y a dormir, no sin antes haber intentado y realizado con éxito la primera llamada tecnológica con la família.

El primer día de comunicación. Eureka! Y el sueño vuelve a caer sobre los cielos. Hace calor, mucho calor. La semana que viene dicen que lloverá entera. El joven deberá comprarse un paraguas para acudir a las clases, pero el futuro está por llegar. Mientras, puede seguir echando fotos.


~Todo por hoy~

martes, 13 de julio de 2010

Día 1. Nervios





Cuando viajar se hace económico y sencillo no hacen falta más palabras para elegir esta opción. Cualquier oportunidad que te da la vida para descubrir nuevos lugares del mundo, tras sopesar los pros y los contras, no puede ser rechazada, según mi opinión, y en líneas generales, suele ser una experiencia realmente gratificante. Así es como un servidor, como ya se ha comentado en el borrador, emprende un viaje al Reino Unido, en concreto a Cambridge para pasar allí 10 días de su vida. Tal vez se le hagan largos. Seguramente eternos, como a la família. En realidad las horas van pasando rápidas, pero el reloj interno no falla con los latidos del corazón, que se debilitan en la distancia. Desde allí, a veces necesitará parar y cerrar los ojos para pensar y ver figuras familiares y sonreir para seguir andando, y pese al goce de poder sumergirse en la city of London entre los altos ejecutivos, la mirada no reposa en ellos, sino en la dirección al sur que los atraviesa. Esperando una señal, una llamada de presencia. Y todo ello, gracias al avance de la tecnología es posible.

Así pues, comenzando con el Día 1, el joven se levanta de la cama con unas pocas horas de sueño, dormitando entre las cálidas sábanas de verano y expectante al buen o mal humor de sus pelos mañaneros. Un tanto preocupado por su dolor de garganta. Pero todavía no sabe que un nuevo ser está en plena ebullición dentro de sí mismo. La muela del juicio. Apuestas en mente, como la de no afeitarse durante todo el trip, pululan por su mente, mientras se dispone a calentar la leche, sacar magdalenas y a desayunar mientras ve la montaña de fondo. De cómo reposan ya los primeros rayos de un día cualquiera de Julio. Empezar a pensar, a mirar al cielo, a decir que en unas 6 horas estaría en otro país a 1000 kilómetros de su casa. El joven tiene los nervios  a flor de piel, pero se hace el ánimo. Finalmente se despide de los familiares y parte. Autobús, carretera, lentitud, aerouperto, maletas, facturar, pesar, pesa menos de 15Kg, genialidad, facturada, esperar, bolsa de mano, detector de metales, bandejas, objetos de valor, all right, cola, control de policía, entrada al pasillo de embarque, avión, asientos, pasajeros, etnias, multicolor, idiomas, nervios, sudor, despegue, ruido, velocidad, cinturones, azafat@s, dormitar, nubes, fotos, cielo, mar, isla, tierra, aterrizaje, ruido, nervios, tocar tierra, frenar, y llamar a los familiares de que todo ha ido bien, cuando en unas pocas horas atrás estabas desayunando plácidamente en la terraza. Increíble.
A las 2 de la tarde todavía el joven y los compañeros de grupo no habían comido. Así, ya en Cambridge pararon en un fast food para contactar ya con todo lo que nos han enseñado estos años. Para poder pedir un menú, un bocadillo o un plato. Los dependientes en seguida te identifican. Saben que eres español, te tienen calado. Y te enseñan que esto es el tomate, que lo otro es el pepino y te seleccionan de entre tus monedas las adecuadas para llegar al precio casi justo. Porque no tiene nada que ver el tamaño con su valor. Follón. Primer taxi que se coge, a solas, prueba de fuego. Decirle dónde ir, y al pagarle que te dé un recibo. Todo un reto en esta todavía salvaje ciudad. Pero llegamos a salvo, estamos en el College. Maletas, ropa, habitación, cama, tirarse en ella y mirar el techo. Y ver lo lejos que estás de cualquier lugar. Organizar armarios, baño, cajones, cambiarse y explorar mendiante guía el College. Precioso, de otro mundo, genial. Y tras esto, entarse en círculo para romper el hielo y describirse a sí mismo. Todo ello en una contrarreloj. A las 6.30, comienza la cena, para dejarla reposar durante más de 12 horas hasta el desayuno. Menudos horarios tienen montados! Cena y salida al centro para explorar la zona y habituarse al terreno. Vuelta, intento de conexión a internet, desilusión, mueca, sueño y a dormir. Un día duro que se compensa tan solo con los dos que le han precedido seguido, aunque el joven todavía no lo sepa, mientras duerme entre los brazos de Morfeo.

~Todo por hoy~

sábado, 10 de julio de 2010

Día 1-2 Borrador...

No puedo ser más breve para decir que cuando tenga toda la indumentaria estable, narraré el día a día. Ya ayer quise comenzar y no pudo ser. Y hoy con la puesta a punto se han hecho las tantas, con lo que el escribir tednrá que dejarse de nuevo para mañana, porque no me tengo sentado ya. Me he dejado la botella de agua en la habitación y tras la conferencia anteriormente llevada a cabo, me he secado y solo quiero beberme una entera del trago. Así que os dejo con una instantánea del principio de este viaje que sin anunciar ni nada os habéis topado aquí, pero que ya daré alguna introducción. Y con ello, la llegada al avión...



Buenas noches, y yodo por hoy, una hora menos en Cambridge

;)

jueves, 24 de junio de 2010

El caballero Geek


 El caballero, seguido por su oscura sombra se acercó a la cámara, atraído por unos destellos que provenían de un cofre. Descendió de su caballo, protegido por una sotana azul eléctrico, algunas protecciones en el omóplato y en el pecho y provisto de un gran casco de pluma. Abrió, curioso, un trofeo antiguo que relucía desde la distancia. Y así fue cómo al abrirlo, obtuvo grandes hazañas, grandes recuerdos de su pasado. Lo que fuera que hubiera allá dentro, le hizo volver al pasado y expresarse con tan valerosas palabras:

 Oh dios, este messenger huele a tantos recuerdos. Es abrirlo, ver la cabecera naranja, abrir el primer contacto con su cabecera verde bambú y ver que está cerrado, desconectado. Esperar que su contacto esté escribiendo, esperar esa letra verde tan personal, tan a ti. Esperar y esperar, pero no hay ningún resultado. ¿Por qué? Me pregunto qué ha sucedido en este tiempo. Nos hemos olvidado completamente de esta herramienta de mensajes. La hemos suplantado como aquellos que se hacen mayores y son relevados por más jóvenes. Me da pena, mucha penita. Pero sé que el curso de la vida es éste: crecer para morir. Y nos tenemos que hacer la idea que hemos venido para disfrutar de este regalo que alguien nos ofreció, pero debemos aceptar que algún día, cualquier día, puede llegar nuestra hora de marchar a otro universo. De nuevo, no sé cuándo volveré a entrar ni porqué motivo lo haré, pero sí tengo en claro que entrar significa recordar, y también escribir, por qué no.


Lo cierto es que ahora mismo, estoy pensando que este formato me recuerda a buenos momentos, porque son aquellos, en general, los que se recuerdan mejor. Y es por eso que me inspiran la mente y el alma. Quizá haya encontrado un lugar donde iniciar mis combates de la vida diaria. Como un edificio enderrocado tras la guerra, pero en el que todavía se asientan sus cimientos y que también sabes, que puedes estar tranquilo, que nadie llegará para sorprenderte y asustarte. Curioso haber encontrado esto y verlo desde otro punto de vista. Gracias

Concluyó su estancia en la cueva y subió al exterior, como los esclavos de Platón para poder seguir respirando cada segundo de su vida, para seguir compartiendo sus ojos con los ojos de su amada, la que cabalgaba al galope hasta la Gran Ciudad para finalizar sus últimas pruebas de nivel para acceder al Gremio que ella misma soñó en pertenecer algún día.



~Todo por hoy~ 

Un saludo!!

miércoles, 16 de junio de 2010

Cantar de la medianoche




Quizá hoy empiece y quizá hoy no lo termine. Nunca sabré cómo terminará algo que empiezo en este instante. Puede que me falte visión a largo plazo y es por eso que no visualizo cómo terminará este enjambre de palabras. O quizá la verdadera razón es que me encanta moverme entre la literatura, y bucear entre las palabras, dejarme llevar por la corriente marítima, por esta sopa de letras que me he propuesto a comenzar esta noche, una noche fresca de Junio. En la biblioteca, lo que en principio debería ser signo de profundo estudio y memorización de tropecientos teoremas (que al final tampoco ha sido para tanto), aquí estamos, dedicándole un rato a este paradero cada vez más desconocido por el mundo. Un poco la culpa es de un servidor que no se promociona, pero qué más da, si esto queda en familia.


El caso comienza pues con un ataque femenino hacia mi persona, ferviente de leer algo más por aquí. Y eso me motiva, me motiva escribir un poco más, después de tanto tiempo, retraído entre libros, apuntes y cálculos de diversa índole. Ahora mismo podría echarme en retrospectiva y ver qué rápido ha pasado todo este curso, que me faltan 3 exámenes por hacer: idiomas y uno facilón y todo fluye para dar paso al verano. Los 5 anteriores me los he tomado con sorprendente tranquilidad, y no estoy nada decepcionado con los resultados "previstos", porque si les da por corregir y publicar las notas, les hacemos un monumento. Además, lo que todavía me sorprende más, es con la seguridad que cogimos un tren un día 4 de Junio rumbo a Madrid, echándonos a la aventura 3 criaturas, cada uno de una madre y un padre, y dejarnos sentados al resto en bibliotecas diversas. La verdad, no tiene precio que te pregunten "Qué! En Rock in Rio, no? Física la debes llevar a tope!"


En fin, dejando de lado los comentarios exteriores, este mes de Junio ha sido y está siendo una "great experience". Y no se vive tan mal en épocas de exámenes. Claro que acostumbrado al trajín diario del curso, esto está sabiendo a gloria. Pero no me quiero dormir en los laureles. El piano termina educativamente, pero comienza una larga época autodidacta. Y creo que me lo voy a pasar en grande, porque con ilusión, tozudez y paciencia, se hacen grandes cosas. Y oye, a disfrutar un poco más con/de esta musa que tengo al lado, subrayando y repitiéndose mil veces los versos anisosilábicos. Y cómo no, de la familia que tantos domingos no está echando en falta, que tantas noches duermen sin ver la hora en que llegarán sus pollitos al nido.

También cabe comentar que hace un tiempo hice una apuesta que trataba sobre "Si apruebo...haré...". Pues bien, si fuera el caso que sacaba todo lo que me había propuesto este año, (Uni+conser) haría algunas compras productivas en el campo de la fotografía y de la informática. Así que creo que me veré "obligado"(ya ves tú qué sacrificio más bueno) a cumplir con mi porra...

And last but not least, la segunda semana de Julio emprenderé un viaje en solitario, para descubrir tierras británicas. Es por eso que desearía tener alguna máquina de instantáneas y un ordenador para poder comunicarme con los que dejo aquí, en mi lugar en el mundo. Será una semana, pero qué semana. Supongo que con las actividades se hará ameno, pero las noches serán taaaaan contemplativas... Seguro que aún no estaré pensando, ya habrá pasado, pero desde la distancia, da respeto y todo. Una semana tan lejos... 


Pero, como no todo puede ser tan malo, vendré cargado de cosas que contar y de todo lo que se tercie por esos lugares. Y como no quiero terminar de otro modo, os dedico esto a todos los estudiantes (espíritu de conjunto, se nota donde estoy ahora mismo) y que pase este mes de transición lo más favorable posible. Y a ti, que tan bien me haces sentir cada día, simplemente por compartirlo a tu lado. Cierro esto con una canción que me suena especial desde que comprendí su argumento hasta el último detalle :)










...porque este lugar suena diferente
desde que vengo porque estás,
desde que comparto mesa,
desde que reímos entre párrafos,
 y porque...
hablar en silencio es la tónica del lugar...

lunes, 17 de mayo de 2010

Pinceladas de un punto

                 


Yo ahora he llegado hace poco y me voy a poner con mates para mañana. Con eso e historia concluiré la noche, no sin antes haber oído el azúcar, el chocolate, la nata, la miel, los dátiles, la piña, el mousse, los flanes con caramelo, las salchichas, las patatis fritas con huevos, la piruleta, el caramelo de pictolín, los chicles de happydent, la sal del mar, el aroma de una noche de verano bajo las estrellas, el alcantarillado de venecia, el tráfico de Nueva York, el metro de Madrid, el Jefalimp del coche, la brisa de un domingo UJIano -que por cierto, me he quedado mirando a las 8 menos 2 y ahora aparece en la portada de la UJI http://www.uji.es/, un poco más y salimos nozotroz :) - todo eso en una llamada, en un hilo de voz que cada noche ilumina la oscuridad, acomoda el calor en el hogar y fragua un aroma, conjunto de todo lo anterior y a la vez, distinto y nuevo a todo lo anterior...


...días en los que no necesitas puntos,
en que todo lo que quieres contar,
se dice sin más,
sin demostrar que te sabes las reglas,
hoy, no importa, si al otro lado estás tú...

miércoles, 21 de abril de 2010

Un viaje a la dominante



Toc, toc. 




-¿Hola?¿Hay alguien?- se escucha la reverberación en la sala.


Qué soledad, qué oscuridad, un silencio... Vale sí, hablar en silencio, pero tanto silencio? ¿Es  acaso una forma de composición?¿Una partitura con 737 silencios de redonda? El silencio hay que saber disfrutarlo, y también saber cómo componerlo. De hecho hay obras que se basan en el silencio, que además las venden al consumidor como obras para escuchar. Qué ironía. Sí sí, aquí tenéis una versión para orquesta de la obra 4'33 de John Cage, y aquí otra para piano. Vale la pena "escucharlas" y reflexionar de cómo todo un público acude a una gran sala para disfrutar de la música, en este caso, del silencio. Para ver cómo tal cantidad de músicos entrecruzan sus sentidos para crear un silencio total. Desde luego un silencio bien pagado, que sirve de espectáculo, pero al fin y al cabo es una manera original de saborear y enriquecerse con el vacío.

¿Por qué formar un todo con el silencio?  El silencio también crea sentimientos, crea angustia, revive temores, el no saber con qué nos van a sorprender. La espera de algo diferente. Para algunos el silencio es aburrido, se ponen nerviosos si el grupo está en silencio. Parece como si  tuvieran la necesidad de decir cualquier sin sentido solo para "romper el hielo", "para que no pase un ángel". Personalmente, disfruto del mismo, de esperar a aquel que le empieza a picar todo, de analizarle el rostro y ver cómo echa por los ojos miles de palabras que no se atreven a salir por la boca. Otras veces el silencio incluye enfados, rarezas, odios, envidias, pero otras, y son las que más me gusta compartir son las veces en que no importa decir nada más, no hay necesidad. No te sientes obligado a decir nada más y la otra persona contigo tampoco. Simplemente, dejarse llevar por esas curvas ondulantes que describen la mirada, dejarse llevar por olores, por miradas, por la música de fondo, y por otros muchos elementos extrasensoriales sin preocuparse de nada. Evadirse juntos. Es por eso, que durante un mes largo, me he evadido un poquito más contigo, y he prolongado este silencio un poco más de lo que quería, un poco menos de lo que quiero.


En fin, la entrada de hoy no iba a tomar esta tónica, pero ya que la ha tomado, nos iremos a la dominante, a viajar un poquito por el lenguaje. Para ver dónde nos lleva esta partitura, primero llena de silencios, ahora llena de un poco de ritmo lunar. Un poco de ritmo físico, de las mareas, que suben y bajan, que vienen y van, como precisamente las obligaciones. Tampoco quiero llamarlas como tal, porque en el fondo es un placer, es degustar la ciencia, es divertirte resolviendo, descifrando, formulando, analizando, dibujando, calculando, derivando, integrando, sufriendo, borrando, recalculando, y volviendo al principio hasta volverse uno loco. Pero no, mente firme, salirse de ella y rebuscar el camino, viéndolo desde fuera. Dónde estamos, dónde queremos llegar. Perfecto, cueste el tiempo que cueste, pero hace falta analizarse a sí mismo. Ver tu evolución es esencial, porque cada vez pienso más que tanto tiempo enfurecido con  llegar a un lugar sin pensar en el transcurso, puede trastocar, puede hacer que un día el camino se trunque.


En música existe algo parecido de lo que alguna vez te  he hablado. La memoria mecánica y la memoria emocional. Hay quien la distingue con más definiciones. Pero en esencia son estas. Se puede aprender una partitura de memoria simplemente repitiéndola una vez tras otra. Pero en un período corto de tiempo, esa información se perderá. Solo si se analiza esa partitura, si se extrae la esencia harmónica y se intima con la melodía misma, es decir, si se da un volteo por el todo de la obra, es cuando se estará preparado para guardarla en tu cuerpo, en tu persona. Será cuando realmente forma parte de ti. Entonces la sentirás como una prolongación de ti mismo.


Con esto quiero decir que con una memorización mecánica, si pierdes el hilo, ya no sabes seguir. La nota siguiente es una condición de la anterior y cuando un eslabón se rompe, la cadena se desmonta.

Del mismo modo, hace falta reflexión y ver que la vida sigue, que hay gente alrededor que la quiere compartir contigo y que te hace sentir que hacer el esfuerzo, realmente vale la pena.


Y como buena cadencia, todo tema que está en la dominante, que se va a otras tonalidades, que viaja por cromatismos y progresiones de 4ª Justa, volverá finalmente al inicio. A la tónica, a la paz, a la sensación de conclusión, al fin, al silencio... para volver a empezar en otro momento.




Porque sin darte cuenta, la sucesión de esos dos acordes, te encanta.



Un saludo de 1dB ;)!

me evoca un lugar calmado,
sin ruidos, lejos de la ciudad,
lejos de todo, solo cerca de ti...

...cada vez más, no sé cómo salen de mí,
quizá el ansia, que aunque falte tiempo,
ahí van contigo y conmigo, o porque 
tú me das la ilusión, o porque yo la tengo
y cada día pienso oh! otro día más sin hacerlo...


Quién sabe...
~Todo por hoy~










 







 







martes, 16 de febrero de 2010

De cómo encontrar el punto G y hacer ejercicio a la vez




En una tarde nublada, en la que caen unas gotas de lluvia, refinadas, silenciosas y frías, un sujeto se dispone a abandonar la universidad, tras un día intenso, con su vehículo de dos ruedas -no sé ahora mismo si se le puede llamar vehículo- impulsado por uno mismo. El personaje en cuestión va a realizar el trayecto más largo que suele hacer, unos 3 kilómetros de distancia, con una pendiente suave descendente. Todo parece ser bastante favorable hasta el instante en que desengancha la bici del panel, previamente habiendo analizado cualquier desperfecto, coloca el paraguas en las varillas de carga traseras y se sienta.

Los sucesos transcurren en un intervalo de 20 a 25 minutos, en los que el sujeto comienza a notar cómo la parte delantera del sillín (¡ojo!) se eleva, de cómo su trasero va descendiendo de altura, y de repente parece encontrar su punto G. Terriblemente anonadado, bajando por la pendiente, decide colocar bien el sillín, a la vez que conduce como puede el vehículo. Viendo que la avería es reiterada, y que la sujeción de tuercas no es su fuerte en la compañía, decide, definitivamente, abandonar la bicicleta en el próximo panel de las mismas. Pero, como buen hombre, es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, promete que no hará mucho esfuerzo normal (perpendicular) al suelo y seguirá unos 700 metros más abajo, donde allí sí que la dejará. De manera sistemática se le deben haber irritado los bajos por el roce con el sillín "especialmente" colocado, porque anda describiendo un movimiento zigzagueante. Con todo el asunto, deja la bici en el panel que está al lado de un centro comercial de talante inglés - por no hacer publicidad al Corte Inglés- y espera los cinco minutos de rigor para coger una bici de nuevo, ahora sí, una bici en condiciones! 


Visto que tiene cinco largos minutos para encontrar sus calzones de entre... en fin... lee un cartel en los que anuncian obras de teatro en el Principal. Así pues elegirá con tranquilidad una bici nueva, comprobará los frenos, los pedales, la presión de la rueda trasera (que es la única que está en el suelo) y se irá a la máquina para elegir exactamente la bicicleta número 10. Y bien, decidido, pasa la tarjeta por el visor, mete el código y la elige. Con todo esto, no hace falta contar que a las horas de ese momento se iniciaba ya la clase de música a la que iba a asistir, pero con calma, que ya no puede salir nada peor! ¿Que no?

Regla nº 1: Comprobar que una rueda esté correcta no exime de que la otra esté pinchad..MEC Error!!
En efecto, pinchazo en rueda delantera, próxima parada er... apáñeselas como pueda para llegar a clase 10 minutos de retraso como poco :)

Para colmo y como desenlace, el personaje ya con niveles de sudor elevados, llega al panel del conservatorio, la deja y se larga a toda prisa. Si leen las primeras líneas, ¿dónde colocó el paraguas?


Para todo lo demás, BICICAS!

Un viaje genial. Todavía, ya en la distancia se está riendo, de lo cómico que ha sido.



Ya, seriamente, parece que la popularidad que está cogiendo este sistema, está perjudicando, a la vez, a la seguridad del mismo, ya que las incidencias no son registradas, no se arreglan al completo y todo comienza a convertirse en la pescadilla que se muerde la cola.


Un saludo!!

domingo, 24 de enero de 2010

Puertas, caminos, ramas y escaladas

...en definitiva, decisiones.





Quizá es una locura, creo que no debería estar escribiendo, debería guardar estas líneas para contarlas dentro de una semana, pero tengo miedo, tengo miedo de que se me olviden, que cuando vaya a volverlas a remover entre mis callejuelas, no salgan del laberinto como saldrían hoy. 


Para poder entender un poco dónde quiero llegar, debería remontarme a hace unos 8 años, cuando aquel pequeño bajó al pasillo de los pianos, en busca de un buen guía. Él no tenía una imagen nítida de qué esperaba encontrar, así que fue divagando entre las salas, llamando a la puerta por si interrumpía y disculpándose por ello. Veía cómo madres y padres con sus respectivos hijos e hijas, acudían a la cita con su antiguo guía de la vida, con el que ya habían compartido decenas de tardes: ellos y el piano. Nadie más. En este sentido, el chico se había quedado huérfano de guía. Su última profesora lo abandonó, por asuntos de mayores y ya no se supo nada más de aquella mujer. Así estaba él, en medio del pasillo, sin nadie a su lado para darle consejo, sin poder comentar las sensaciones que uno u otro le habían dado durante las llamadas a las puertas. Y bien, la mayoría de los maestros ya tenían una pequeña familia de pequeños intérpretes, y ya no querían otros que no hubieran estado con ellos anteriormente. 





El pobre muchacho miraba el reloj, herencia de su abuelo, con la correa de piel, desgastada por los años, por el roce, por el calor y la humedad. Muchos cerraban ya sus puertas, con los horarios casi zanjados. Y él, miró a un lado y a otro del pasillo, algo desesperado, y de repente se fijó en una puerta de la que todavía salía luz, y se acercó. Toc-toc, y entró. En esta fue bien recibido, con una sonrisa de oreja a oreja, el guía le reconoció como el joven que tocó una Fuga el año anterior y que no lo hizo nada mal. De hecho lo tenía grabado. Comenzaron a hablar, a negociar.


Y así fue cómo el negocio de horarios se convirtió en una bonita amistad, cómo el pequeño fue dibujando una trayectoria musical excelente, de cómo su motivación aumentaba cada día más, y pensaba que nada ni nadie lo podría parar. El profesor nunca decía que lo que hacía fuera muy bueno, siempre le ponía pegas. Eso estaba genial para el niño, porque nunca se derrumbaba por sus críticas, siempre las aprovechaba para mejorar y crecer. El guía le proponía concursos, audiciones, conciertos aquí y allá. Y por si fuera poco, hacía cursos de dos en dos. Ello le aisló un poquito más de las masas musicales del centro, pero no le preocupaban en absoluto. Sabía o tenía la fe ciega de que los buenos amigos aparecen en cualquier lugar y momento inesperados. Y no iba nada desencaminado. Con los años fue encontrando personas afines a su personalidad, que lo sabían valorar y a los que él también valoraba. Y los 8 años desaparecieron para dar lugar al presente. 


Hoy, todo son prisas, clases fugaces, que pasan volando. El niño, que ahora ya ha crecido un poco más, duda de si aquel guía que tan bien le acogió, ha perdido las ganas de seguir escalando. De si todavía quiere ser su compañero de viaje. Tal vez esté disgustado de que este camino, vaya a terminar antes de verano, que sea el camino que sea, ya no lo continuarán juntos. Puede que esa sea la razón, u otra, pero el desfallecimiento, las ganas de acudir a eventos, del éxito, ya no son tan importantes como las de acudir a las clases como un buen aficionado a la escalada. Ambos siguen disfrutando de lo que hacen, no hay duda. Pero, el guía también ve que su pequeño aprendiz ha abierto otras puertas en su vida que también son importantes para él. Y es cierto, la vida abre puertas, muchas. Cuando nacemos las tenemos casi todas abiertas, menos las que eligen unos únicos padres, una única familia. De ahí, se van cerrando, y el camino se va concretando, poco a poco. Pero a su vez, a lo largo de la rama principal van apareciendo pequeñas bifurcaciones a elegir.




Y está bien llegar a un punto en que puedes seguir dos ramas a la vez. Ambos caminos se hacen más estrechos, ya que solo cabe un pie en cada uno. Y así, vas saltando de uno a otro, como puedes, hasta que llega un día en que decides que uno de los dos debería ampliarse, y que el otro quede como un juego, como un hobby con el que seguir disfrutando toda la vida... No obstante, toda la vida, el guía y él seguirán compartiendo ese vínculo a modo de conversaciones, charlas y quedadas musicales.




Y todavía el joven, ya mayor, ni se imagina, cómo será llegar a casa tras un día de trabajo, y  levantar la tapa de su piano, y comenzar a acariciar las teclas de marfil, por amor al arte, mientras su mujer lo abraza por detrás, creando una plácida y relajante atmósfera...



La cuestión es
ser feliz con lo que hagas... 

Un abrazo!

viernes, 1 de enero de 2010

Mirando por la ventana trasera... y decir Adiós





Cada año tiene sus elementos especiales, una frase con la que resumir cada uno, una frase que encierra muchos recuerdos, pero llegamos al 2009 y... el 2009 se recordará por un año cumbre, por uno de esos máximos que aparecen en las gráficas (el absoluto de momento). Digo de momento porque a medida que pasan los años, te das cuenta de que la verdad absoluta no existe, siempre se intenta buscar una verdad más parecida a la realidad, pero nunca igual. De esto te das cuenta en las clases, en la ciencia, en la literatura, el cine, las letras, la música, la historia... En cada ámbito del saber, en su menor medida contiene relaciones relativas, que hasta el momento son ciertas, pero quizá mañana, pasado o el otro esa verdad obtenga un relevo con otra más completa o general.


Es por eso que se hace difícil reducir a una única oración, un único motivo que describa este año que acabamos de dejar. Como poco, improbable. Es más, no haré el esfuerzo en intentarlo, prefiero que en momentos del día, de los meses, sea mi interior el que vaya desgranando, reviviendo esos pequeños y efímeros momentos. Pequeños momentos que estallan y se expanden por cada nervio a modo de escalofrío de tan solo pensar el significado, la textura y el color de cada instante. 


Es por eso que, tras un año tan tan tan.... _ _ _ _ _ (defínalo usted mism@) comienzan de nuevo los miedos, preocupaciones futuras, que vendrán y pasarán como todas las anteriores. La preocupación porqué no sean momentos tan agradables. El deseo siempre es que todo vaya a mejor, mejor de lo que ya es. La realidad a veces toma ese camino y, otras toma otro. Pero no tiene porqué ser todo tan negativo, de todo se puede extraer su parte positiva y, sobretodo, entender la porción que nos ayuda a aprender, a seguir con nuestras metas, con nuestros proyectos y hazañas personales que hacen que la persona crezca en sí misma y lo transmita al resto, a su alrededor. 2010 se presenta como tal, un año diferente, con los miedos al empezar, con las mismas preguntas sin respuesta del qué sucederá...y es así, porque la vida es cambio, y sin él, no habría vida. Que salga mejor o peor, eso lo comprobaremos después de haberlo vivido. 


Poco más por ahora, que acabéis de pasar un 2010  lleno de buenos recuerdos, a ser posible. Y recordad, sin los malos momentos, los buenos, no serían tan buenos.


PD: Mi principal propósito es disfrutar un poco más de la famiglia (entorno)! Y aprovechar el tiempo que pasa sin escrúpulos, a piño fijo, como si fuera la vida en ello..., y así es...




Un fuerte abrazo!


...por comprenderme,
y aceptarme tal como soy...