miércoles, 14 de julio de 2010

Día 3. Nuevos hábitos

El Día 3 comienza con mucho sueño. 5 horas de sueño no son suficientes. El desayuno comienza cuando todos terminan. Solo falta él. A las 9 comienzan las clases con una profesora nativa. Ha sido una experiencia muy reconfortante. Saber que entiendes su pronunciación, que si te pregunta cada vez te quedas menos en blanco. Es genial. Al descanso sin saber qué hacer para aprovechar el tiempo, coge su cámara y se pierde entre los jardines del lugar para practicar un poco sus habilidades de fotógrafo y desafiar la imagen como si fuera el pionero de cada efecto que crea. Las risas con el típico Spanglishero de clase que también se lo coge como una broma. La comida no está mal, reconfortante cuando menos y salir disparado para coger este aparatito y poder contactar contigo. Alegría, muecas de añoro y burlas de cariño.

Por la tarde, experiencia del quince. Navegar con una barca sobre el río. Tú conduces, apáñatelas para no darte un buen chapuzón recién duchado y vestido. Una gran aventura que acaba en final feliz y con un transcurso muy muy cómico, del que historiadores que presenciaron aquellos momentos todavía recuerdan de entre sus líneas de palabras.

Por la noche, una salida de Pints y poco más, que se debe descansar, coger fuerzas para combatir esta fiebre de escribir, la fiebre de la muela del juicio, los flemones, las encías y para llegar a punto a London por segunda y última vez. No obstante, se encuentra un diminuto espacio de tiempo en el cual comunicar noticias a la familia.

No hay comentarios: