jueves, 4 de junio de 2009

Correr tras ella, o no? Esa es la cuestión


Lee primero Ayer y sus dudas


Todo parecía ir sobre ruedas, pero el matiz "parecía" es imprescindible para entender que a la salida, como la Cenicienta que debe volver antes de las 12 de la noche, ella desapareció lentamente a la vista. Él la vió, cómo se alejaba, sin ninguna explicación, y pensó en ir tras ella, cogerla del brazo y preguntarle "¿cuánto tiempo vamos a esperar?". Y vió cómo esa oportunidad se hacía más improbable a medida que transcurrían los segundos, hasta que volvió a desaparecer por la avenida, ella, la chica de la avenida. La esperanza de que volviera era enorme..., "¿volverá?- le preguntaba a su amigo".

Después de unos años, él se preguntará cómo habría sido su vida si hubiera echado a correr tras ella, con un grito al aire, con las letras de su nombre. Nunca lo sabrá, porque esa misma noche, él ya escogió una senda del vasto camino de su vida, una senda insignificante para el transcurso de sus días, pero quién sabe dónde estaría ahora si hubiera decidido dar unas zancadas de más.
A medida que pasaba el tiempo, ella no volvía, y decidió enterarse de dónde iba o si iba a volver, por otros medios más directos que la simple espera. Sin saber cómo, unos minutos después lo averiguó y se decepcionó, porque los acontecimientos que podía controlar, se desbordaron, ya nada contaba con sus acciones. Hiciera lo que hiciera ya era demasiado tarde. Pero, resignado, siguió su propio camino...

Continuará...

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