domingo, 31 de mayo de 2009

El ayer y sus dudas




Se alejaba a lo largo de la avenida, se detenía unos segundos para colocar bien el zapato, porque el tacón molestaba y continuaba el trayecto. Él, desde la puerta, metiendo prisa para alcanzarle. Pese a la ignorancia previa, no se dió por vencido, sabía que los acontecimientos todavía dependían de sus acciones, y por ello, estaba realmente impaciente por llegar a su altura y hablarle, después de tanto tiempo. Pero no, el pobre no tuvo bastante con ver cómo aumentaba la distancia, sino que además tuvo que coger otro camino por motivos puntuales. Pero en fin, todos los caminos llevan a Roma. Así pues, en un rato se volvieron a ver.

Él ya estaba dentro, una estancia acogedora, con una tonalidad clara, relajante y unos ventanales que dan al exterior. Ella se paró en la puerta al divisarlo.
Sus ojos desprendían temor y las miradas furtivas, perdidas entre los cristales, no hacían más que intensificar el inminente encuentro. Dos almas en pena después de que ocurriera la mayor absurdez de sus vidas: nada. Pero así seguían, ignorando todo su pasado, como si entre ellos no existiera ninguna razón para saludarse.

El sol se iba poniendo por el horizonte, lo cual indicaba que todo estaba preparado para comenzar. Como un pequeño desprotegido, él se acercó y, como es normal, ella le respondió con una leve sonrisa. Estuvieron hablando de lo "típico" en esta serie de encuentros, hasta que brevemente, ambos se despidieron con un fugaz adiós, a la espera de una continuación, a lo largo de esa noche, una noche prometedora, pero... hasta aquí puedo contar.


Continuará...

Punto y aparte




Tras una ducha reconfortante y una sesión de cama durante el día, no puedo estar más preparado para proyectar alguna anécdota en forma de relato de lo que fue un punto y final de una etapa llena de tantas emociones y de tantos recuerdos. Fue precisamente esa combinación de emociones tan fuertes como el recuerdo de esos primeros cursos, la evolución de uno mismo a
lo largo de este periodo, así como de todos y cada uno de los que te rodean, la que te crea una angustia que emana multitud de sentimientos, desde esos amores imposibles hasta la nostalgia de no volver a tener más clases con la gente que has compartido media vida. Algunas veces controlables, pero hasta cierto punto, hay que reconocer que alguna lágrima saltó.

No hay palabras para describirlo, sólo queda vivirlo en tu propia carne y experimentar algo inolvidable, algo que veías tan lejano hace unos años, como un evento que nunca llegaría, y que de repente abres los ojos, y ya es el día después. Sabías que un día iba a terminar, pero no querías saber cuál, siempre era lejano, ignorado, pero llegó y te das cuenta de que repetirías cada momento vivido, porque realmente valió la pena el esfuerzo contribuido en todos los ámbitos personales, desde los meros estudios, la amistad e infinitos valores de la vida aprendidos día a día.

Qué difícil se me haría seguir con esto si lo tuviera que leer. Creo que mi voz temblaría pero en fin, es una melancolía dulce, fácil de digerir, porque sabes que los enlaces que te unían con todas esas personas no van a s
er fáciles de romper, si bien es cierto que de una u otra forma seguiremos en contacto, el contexto será diferente, y es ese mismo contexto el que no se repetirá, del cual te dicen "disfrútalo, porque no volverá a repetirse". Dicho y hecho, gracias a todos los que me habéis rodeado, para lo bueno y para lo malo, que aunque con algunos no nos hayamos conocido tan profundamente que con otros, todos sois propietarios de una pequeña parcela de mi corazón.

MOLTES GRÀCIES!! I QUE CONTINUE LA FESTAAAAAAA!!!


En cuanto a los relatos, tengo ya dos en mente, y alguno más irá surgiendo a partir de este punto y aparte.


Mantengo la esperanza de ser capaz algún día
de no esconder las heridas que me duelen al pensar
que te voy queriendo cada día un poco más,

cuanto tiempo vamos a esperar...


miércoles, 13 de mayo de 2009

Esa chica de ayer





Si un día ha empezado mal, cuidado, puede acabar peor. Me pregunto cómo es posible que después de estos meses, todavía estés dentro de mí como el primer día. Cómo es posible tener un sueño tan claro y tan rotundo para poder creer que, pese a mis intentos, todavía no has salido de mí. Quizá es el estado de permanente latencia en el que se mantuvo, que a lo largo del tiempo, el volcán, puede volver a provocar leves erupciones. Puede que debiéramos haber zanjado el tema tajantemente, haber tapado el cráter y dejar que se enfríe, porque la incógnita que supuso olvidarte sin ninguna explicación, hace que mi estómago se revuelva cada vez que lo pienso.

Viene la casualidad porque, en este caso, dudo que haya sido una causalidad, que al despertarme, escuchando las noticias, me he percatado de la muerte de Antonio Vega, en paz descanse, famoso por sus éxitos de los años 80 como "La chica de ayer". Qué tema para comenzar el día, "la chica de ayer" tras haber soñado con
mi chica de ayer. Pero el problema se solucionaría si hubiera sido una simple pesadilla, un mal trago. El caso es que la pesadilla aparece cuando despiertas y recuerdas como agujas clavadas cada momento vivido y los que no se vivieron. No obstante, te vistes y afrontas otro día más. ¿Qué más puede pasar?

Sí, la chica de ayer, en eso te has convertido..."demasiado tarde para comprender, chica vete a tu casa, no podemos jugar" pero la luz de la mañana entra por la ventana, tus cabellos dorados parecen rayos de sol. Y sería difícil volverte a decir que no lo olvido, que sigues ahí, así pues, la chica de ayer sólo será la chica de hoy descansando a mi lado, soñando...

Tras este abatimiento, no queda nada más... ¿o sí?, pues la verdad es que he aprendido una lección maestra, porque a golpes a veces se aprende, tanto jugar con fuego, al final te quemas. No, no es nada grave, no
te preocupes, simplemente que gracias a perder 0.25 en una nota final, me servirá de precedente para que no vuelva a repetirse y así aprender de lo que no se debe hacer. Siempre hay que buscar el lado bueno, no? Además, más se perdió en Cuba...

Así pues, un día, si más no, para olvidar o
recordar... quién sabe.


La chica de ayer ~ Nacha Pop



Un abatido saludo!

martes, 12 de mayo de 2009

Una de verso


Indagando por las entradas antiguas y borradores varios, he encontrado un poema que escribí a mediados de Septiembre del pasado año, y como en su momento no fué publicado, por pereza o por posibles malentendidos, me gustaría rescatarlo del baúl y compartirlo con vosotr@s, ahora sí, seguro que sin ningún malentendido. Quizá haya perdido para mí el significado original, pero aún así, me evoca a un lugar inerte y una situación amorosa, al estilo de la pareja de enamorados de Tardes de Invierno Tardío en el campo -de la cuál, espero darle continuación en breves-. Ahí va...


Sobrevolando las tinieblas,
superando los bosques de oscuridad,
frondosos, en un vuelo infinito,
durante horas notando la brisa
que mueve sus cabellos,
yo detrás, ella delante,
ambos volando con un mismo rumbo,
un mismo destino.

Y es que cuando la miro esa trémola sensación,
aparece en mi interior,
no sé explicarlo pero es así;
desde el primer día que empezamos a volar,
cuando la vi, nada volvió a ser igual.
La brisa vuelve, se ven bandadas de pájaros,
con un mismo rumbo,
un mismo destino, como el tuyo y el mío.

Nada sería lo mismo sin ti ahí delante,
¿qué nos llevó a encontrarnos?
¿por qué?, me pregunto.
Alguien hizo que los imanes se atrajeran
como nuestras dulces miradas,
sobrevolando las tinieblas,
experimentando el vértigo,
junto a un cúmulo de sensaciones,
jamás antes descritas.

No sé cómo contar esto,
no sé cómo decirtelo,
sin que nada resulte mal,
tal vez debería esperar a conocerte más,
cuando nuestros vuelos se estabilicen,
que conozcas mi trayectoria, que conozca la tuya,
tal vez es pronto para decírtelo, no debería.

Te perdería demasiado pronto,
no lo entenderías, y lo sabes.
Puede que ahora lo sepas,
y que esto no sirva de nada,
pero es lo que siento ahora mismo,
no necesito dar más explicaciones,
sólo, abrumado por la situación,
pero esperando ese vuelo que un día,
sin que nadie lo espere, llegará.

Quién sabe si mañana, quién sabe si pasado,
pasado es lo que dejamos atrás,
durante tanto tiempo mirandote allí sentada,
en las alturas ajetreada,
pero no podía dejar de mirarte,
hasta que un día alguien nos presentó
y entonces te vi muy de cerca,
mis labios en tu mejilla,
los tuyos en la mía,
quién sabe si ese beso fue el último
o el primero de una larga vida,
en la que los dos llevemos el mismo rumbo.

Puede que no sirva de nada pero,
necesito contarte todo esto,
porque es lo que siento,
y como lo siento,
así soy yo, gracias a ti.



Un saludo!

sábado, 2 de mayo de 2009

Esos regalos que, a veces, no aprecias






Quizá intentar explicar lo que supone la cuenta atrás de un evento, un reencuentro, una separación, un distanciamiento, un inicio o un fin, sea complicado y molesto, en gran medida por todo aquello que dejas atrás, o bien a lo desconocido que está por llegar. Pero no cabe duda que todos hemos pasado un momento así, un momento en el que algo va a terminar inminentemente, y solo cabe esperar, aprovechando al máximo los días, las horas y los segundos que quedan, porque la fugacidad del tiempo nos acecha, es nuestra sombra, la ley de vida, y en cuanto te percatas, la cuenta atrás se ha convertido en un recuerdo agridulce. Te sientes bien por recuperar esos instantes en tu interior pero a la vez sientes el dolor por saber a ciencia cierta, que hasta el momento, volver a vivir un instante sólo puede hacerse a través de los sueños, y no siempre que quieres...

Todo viene porque en apenas un mes, la rutina de poco más de un lustro se va a convertir en una imagen cada vez más borrosa, una imagen donde caben todo tipo de anécdotas, amistades, problemas, amores y, sobretodo, tu adolescencia. La necesidad de inmortalizar estos momentos se hace expresamente sensible durante los últimos suspiros de este último curso porque, para bien o para mal, la vida seguirá conforme cada uno elija y la distancia hará presencia entre unos y otros y llegará un día en que esa imagen recordará aquellos viejos tiempos. Pero no ofendamos al futuro, ni al destino porque aunque lo intentemos nunca los alcanzaremos.

Y me pregunto para qué sirve pensar en las cuentas atrás. Mientras piensas en ella, estás dejando de disfrutar el presente, preocupándote en cuándo terminará. Y bien, te ves a mediados de julio, fuera de cualquier preocupación, pero no! Resulta que en dos meses empieza un nuevo reto, y para más inri, empiezas a complicarte la existencia pensando en lo poco que queda, por lo que no disfrutas lo que en mayo pensabas disfrutar en julio. Y se forma un bucle sin fin, en el cuál no hay salida. Percatarse de ello es un pequeño paso para aprovechar el regalo de cada día, aprovecharlo como queramos, de la manera más insignificante, porque, al fin y al cabo, lo que queda es la suma de todos esos pequeños regalos, regalos enlazados, envueltos y amontonados en lo que viene siendo, así a bote pronto, la vida, nuestra vida.



...pese a todo, hace sentirme bien decir
que queda un día menos para ver
te.