miércoles, 14 de julio de 2010

Día 4. London Adventure


Día de más tren, más calor, más sol, más metros y sobre todo, de más ganas por arrasar con todo lo que se tope por delante. Con todas las ganas del mundo concentradas para conseguir obtener el mayor beneficio de esta suculenta oportunidad.
Terminar con los londinenses y pasar por algunos lugares olvidados y que requieren gran fijación como el Camden Market, Harrods o el London Bridge. Para ver estas tres cosas tan dispares se requiere una gran orientación de metro. Dos individuos dejados al libre albedrío en esos gusanos infinitos de pisos, escaleras, ventoleras y hierros en el andén no tienen más remedio que adaptarse o morir en el intento. Ellos se adaptaron y lo lograron. Ver las tres partes del itinerario en tiempo limitado debido al tren de las 16.15 de la vuelta a Cambridge para preparar la final de Holanda-España. Cenar pizza en el Sir Isaac Newton Pub y disfrutar de un partido interminable e insufrible con los compañeros de grupo, todos identificados por un mismo símbolo, una misma idea. Tras la cena, la sorpresa, el gol, la bendición, lo imposible realidad, la fiesta, los gritos, llantos, cánticos, las calles llenas de gente española en un lugar tan distante. Extrañezas de la vida. Parecía un pueblo del lugar más castizo de España. Por qué no, la famosa Macarena tan pedida por los ingleses. Querían que la bailáramos, y nosotros, con todo el ego del mundo en aquel momento nos hicimos pasar por monos de feria. Porque aquella noche podíamos ser lo que quisiéramos, porque ya era hora, porque la alegría unía hasta la noche y el día.

Pero pese a cenar pronto y el tiempo pasar lento, la noche se iba notando, y había que dormir. Mañana comenzaban las clases, los tests de nivel para ser más exactos. Ahí estaremos afónicos, sin garganta, somnolientos pero ahí estaremos…


~Todo por ahora~

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