martes, 23 de noviembre de 2010

Y surge efecto, de nuevo. Y nos reinventamos y nos recuperamos del día anterior, del golpe de una caída. La habitación vuelve a tener sentido, pero la variable tiempo oscila por épocas, comienza en 0 y termina en -1. Qué complicado llevarlo todo al ritmo, y con las ganas que tengo de disfrutar en un mismo día de todos mis caprichos, y me los tengo que negar. Me tengo que negar a escribir, a leer, a tocar y hasta casi dormir (si es que dormimos por capricho). Considero que a partir de las 8 horas, el resto es capricho. Y en verano ya es vicio.

Aislarme de estas actividades para que al día siguiente esté todo más o menos fijado, que mi mente esté cuerda para con lo que está destinada y quizá tener un descanso de la vista una hora para comer. Por la tarde, ya en el ocaso la vista es cansada, a lo lejos ya no se ve tan nítido. Y me arrepiento de no haber seguido los consejos de la oculista que versaban sobre el descanso de 5' cada 30'. No estoy muy de acuerdo con todo el tiempo que invertimos en las clases pero, de momento, no tengo ningún sistema mejor para exponer. Más que nada porque el de ahora no me deja tiempo para programarlo. Paradójico.

Y no es por ser negativo, siempre positivo. Mira la cara de este blog, ya parece que sonríe de nuevo. Está preparado para leer, de vez en cuando, alguna animalada que me dé por soltar.

Que, al fin y al cabo, todo es ponerse... teniendo de fondo la naturaleza de Gettel y el análisis de vigas por amigo.

Un saludo!

1 comentario:

Natalia dijo...

¿El análisis de qué? JAJAJA
Bien pues...
J'aime Gettel :)