martes, 20 de diciembre de 2011

Vuelta a casa por Navidad



Los lápices comienzan a escribir, los borradores se van llenando mientras las agujas del reloj giran como giroscopios. Es una sala de esas americanas, esas con 60 o 70 escalones hacia arriba, con demasiados pupitres cerca unos de otros. Es un aula de los años 70, al estilo anfiteatro de aquella época. Una gran mesa de pura madera, nada de contrachapado, preside esta nueva convocatoria anual. Una prueba que sabía a ironía, sabía que solo unos pocos la pasarían, y el verdugo les da "bon courage", y la carcajada cínica del resto.

Es el fin, tras esto solo quedará la libertad.

1 comentario:

Natalia dijo...

Es genial :) No usaré la metáfora ya muy vista de la flecha que, tensa, va parar justo a la diana.
Eh'tupendo.