martes, 9 de junio de 2009

Él, ella y la doncella desamparada


Lee primero Ayer y sus dudas, Correr tras ella, o no? Esa es la cuestión, La otra versión y Tan fácil como una simple mirada (tómatelo con calma)


Al mismo tiempo que la señorita del tacón se colocaba bien el zapato en la distancia, ella bajaba por los escalones desgastados por el paso de los años, algo destartalada al andar porque no frecuentaba el uso del tacón, pero que le daba un aire bello, imperfecto y delicado. Pero daba igual, se quedó mirándola embobado, estaba preciosa, con su sonrisa, que tiempo atrás le recordó que era hipnotizante, sus ojos, su todo. Al principio se sentía reacio a establecer algún tipo de vínculo con ella,
simplemente porque no eran los planes estipulados. ¿Y es que realmente hay algún motivo por el cual obedecer un plan que se ha hecho con el uso de la razón y no con el corazón? Algunos dirán que sí, porque el ser racional puede con todo, es fuerte, mientras que el que se deja seducir por lo banal es débil, inmoral o, si más no, irracional. Pero realmente, en el amor no hay reglas, no hay planes previos, solo analogismos, que tan cierto puede ser algo como su contrario. En definitiva, no tenía razón alguna para evitar aquella situación.

En este caso, ella fue la que dió el primer paso, se le acercó por detrás, hasta que notara su aliento y le posó las manos sobre los hombros. Él se giró asombrado, porque no la esperaba, simplemente divisaba al infinito pensando en aquella chica que lo ignoraba, la que le impedía compartir miradas con otra, el muro irrompible hasta esa altura de la noche. Ella y su sonrisa, sus ojos verdosos con una manchita marrón en el iris, que la diferenciaba de cualquier otra mirada. Una mirada intensa, llena de energía, que te lo decía todo con ella. Hablaron y hablaron, hasta saciar sus deseos mútuos. Más tarde, la música hizo presencia y los cuerpos empezaban a ondularse al ritmo de la samba, del reggae o del pop-rock. Ellos se cantaban versos de enamorados, versos llenos de intención y delicadeza. Ambos sonriendo, ambos cantando, felices como nunca, inmortalizando aquellos momentos para el resto de sus vidas y esperando que llegase el verso siguiente y aumentar la intensidad de la situación. Realmente, la chica del tacón tenía motivos para largarse de aquel antro y no volver más, pero no merecía otra cosa. Hay veces que sin ningún motivo te encuentras en situaciones desagradables, pero aquella, se lo ganó a pulso. Y se largó.

Entonces, la preocupación que todavía resurgía en leves oleadas en el interior del chico, cesó por completo. Ya no merecía a aquella chica que corría bajo el bulevar, ya solo merecía destruir el muro, recuperando así, los momentos perdidos que tantas noches le había arrebatado la "diva" y aprovechar cada instante compartido con ella a lo largo de la noche, la que en otros lugares responde al nombre de "Vereta"...

Todavía faltan muchas líneas por escribir, del amor entre ellos dos, pero cuenta la leyenda que sus almas nunca envejecieron y por eso, todavía se dice que esas dos almas pululan de entre los vivos, para unirlos de vez en cuando, al azar. Y sin saber muy bien cómo, un día te levantas y notas una atracción irrevocable por la chica de al lado. No hay explicaciones científicas, sólo que juntas pueden causar tan gran poder de atracción que emanan juventud, bienestar y felicidad. Y cuidado, el día menos pensado puedes caer amarrado en sus garras y, cierto es, no desearás salir de ellas.

Fin de la historia, algunos hechos están basados en la realidad y otros, porqué no, podrían ser posibles... (aunque algo improbables). A continuación vuelve "Tardes de invierno tardío" y posteriormente habrá un parón de una semana y media más o menos por el viaje que realizaré, aunque se puede extender de manera indefinida debido al verano... Quién sabe, de todos modos intentaré estar...
Un saludo!

2 comentarios:

Mirna dijo...

Te ha quedado muy bonito... Yo me siento como él, a ver si algún día se posa un aliento en mi cuello...

Igual necesito que algún alma se meta en mi ser...

Anónimo dijo...

Creo suponer que estos relatos que tú has escrito en el blog tienen más parte irreal de la que a ti te gustaría.


¿A qué te gustaría dedicar tu vida? Serías un buen escritor de novelas fantásticas puesto que tu nivel de imaginación es superior a la de mayoría de las personas que normalmente conoces en el colegio, universidad, discoteca, etc.

Para acabar, te diré que soy un fiel seguidor de tu blog y me he leido todos los relatos, por largos que fueran, y he de decirte sinceramente que este es el más subrealista.

Cuidate.