domingo, 1 de febrero de 2009

Reiniciar...


Mil bolas de luz, para matar cada ilusión...

Pulso el botón, la pantalla se vuelve oscura...*biip* todo empieza de nuevo, como lo dejé la última vez, pero sin el error que aparecía, la equivocación fue reparada y ahora vuelvo a empezar a trastear, a investigar...

...y me pregunto por la manera en que todo vuelve a ser como antes, la facilidad de aproximar el dedo a un botón, que al presionarlo, todo se apaga, volviéndose a encender, a reprogramar todos los mecanismos, para que otra vez puedas volver a elegir un camino con un destino apacible y sin tormentos.

Todo ese proceso en segundos, o... horas según de la generación que sea el tipo que adquirimos. Y me asalta la duda de cuando quieres volver atrás, rectificar, porque hay cosas que puedes hacer mejor o simplemente hacer, situaciones que habrías enfocado de otra manera, volver a empezar con todo esto y disfrutar cada segundo como no lo hiciste cuando podías y ahora que no puedes te das cuenta de lo que perdiste por no hacer las cosas bien.

En definitiva, pulsar el botón, el preciado botón que te devuelve el pasado al presente, para decidir qué era lo que realmente querías. Porque percibes que el camino que has elegido te lleva a un callejón sin salida, y parece que aún estás a tiempo de rectificar pero cuando te das cuenta ya estás enfrente de la pared, y te giras, y ves los coches pasar por la calle principal, el tumulto de gente que anda sin cesar, la cual puede que todavía no se haya dado cuenta que está en una calle sin salida porque por muy grande que sea la calle, siempre acaba o se bifurca en otras, se pierde. Y toda la emoción de andar por ella, pasa en un abrir y cerrar de ojos. Y te das cuenta que los pasos que antes eran sobre nubes, ahora son simplemente pasos térreos, vacíos, sin ninguna finalidad, cada vez más cortos hasta que paras, y te giras. Y ves el pasado, el recorrido hasta llegar donde estás e intentas retroceder, pero ya es tarde.

¿A quién no le ha pasado alguna vez, querer girarse y no poder? Simplemente por recordar, o tal vez, por cambiar el rumbo. Aaah! que fácil sería todo si tuviéramos el dichoso botón para usarlo a nuestro placer. No obstante, de qué sirve equivocarse y no asumir la responsabilidad del error, que es la que duele, y hace que se aprenda para que otro día, no lo repitas…
De otro modo, no existirían palabras como arrepentirse, desamor, accidente o miles de ellas con sentido negativo, las cuáles se solucionarían en un instante, presionándolo...

para poner datos a cero, y reiniciar...

~Todo por hoy~


Atte: Carlos


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