lunes, 10 de agosto de 2009

Tardes de Invierno Tardío VII: Cierra los ojos y sueña



Y cerré los ojos, notando su tierno calor fluyendo por mi espalda. Y entonces comenzó a hablar:

Cierra los ojos, e imagina un lugar, un lugar diferente al que solíamos encontrarnos, cada tarde. Es más, un lugar nocturno, donde la magia comience cuando el sol se pone. Un lugar especial para los dos, donde las leyes sean impuestas por nosotros, donde nadie más pueda molestarnos. Yo mismo imagino una playa, una orilla donde rompen las olas suavemente, hasta humedecer nuestros pies. Una luna que refleja en el mar e ilumina tu rostro con una luz tenue. Corre, además, una leve brisa que ondula tus juguetones rizos, con los que tanto me gustaba arremolinar mi dedo índice. Y entonces, mientras el miedo se intuye a flor de piel, decidimos qué hacer de nosotros. Y te abrazo fuertemente contra mí, al que le responde una mayor presión por tu parte. Respira hondo, nota la sal diluida en el agua del mar, la espuma y la bruma que se presenta más brillante que de costumbre y las luces de algunos barcos en plena faena o anclados en el horizonte. Y cómo no, las estrellas. Siento el olor de tu cabello, de tu fragancia personal, que penetra en mi ropa como lo hizo en su día, en aquella plaza, cuando te reconocí como alguien especial en mi vida.

Creo que los ingredientes ya están puestos para empezar a cocinar. Y encendemos el fuego, el fuego del amor, que nos envuelve en la arena. No nos preocupa lo que ocurra con la arena, aunque se ensucien los ropajes, ahora ya todo da igual, sólo tú y yo, querida, solos...y que el resto fluya como un único ser... deseando que el tiempo se pare, que las horas no pasen, que no cese la noche, que...

-Buenas noches, permítanme, si no molesto, decirle al paciente que mañana a primera hora ya tendrá el alta. Las mejorías han ido avanzando a medida que ha avanzado la noche. Así pues, ya podrá volver a casa -nos informó el doctor.
-De acuerdo, gracias por avisar..
-Perdone por las horas pero así, ya puede dormir tranquilo.
-No se excuse, ha hecho bien en venir, buenas noches -asintiendo con la cabeza.

...


-Pues bien, mañana por la noche, creo que podemos cumplir nuestro sueño, ¿no crees? Ya no hará falta cerrar los ojos, soñaremos con los ojos abiertos. Hasta entonces, mi lady.
-Espera, y ¿por qué no nos vamos ahora? El médico ha dicho que estás bien, te vistes y salimos rápido, antes de que se den cuenta. Y no perdamos ni un minuto más en esta habitación. Hagamos realidad este sueño tardío... - dije susurrándole al oído.

...dicho y hecho. Él se vistió y con mucha cautela conseguimos pasar la zona de enfermería sin que se dieran cuenta de la maniobra. Parecíamos fugitivos en medio de aquel escenario de camillas y sueros. Y bien, al salir cogimos el primer metro que bajaba a la costa. Y nos tumbamos en la arena, y respiramos la brisa marítima, y me miró, y lo miré, y...

¿Sabes? La espera se ha hecho eterna, ¿cuánto tiempo ha tenido que pasar para que esto ocurra? Desde el 1922, ¿recuerdas? Aquel último día de campamento, no tuve el valor de despedirme de ti. Recuerdo que en aquella vida me quedé huérfano a los pocos años de nacer, y tuve que arreglármelas con mi abuelo. Él lo era todo para mí y yo lo era todo para él. Resulta que una noche previa al campamento, prometimos que nadie nos separaría, nadie. Yo estaba convencido de que así sería, pero llegaste tú, por el portalón de piedra con tu sencilla maleta y por momentos temí incumplir aquella promesa. Los acontecimientos se fueron sucediendo y nadie los podía parar. Yo sabía que todo esto debía tener fin, que si mi abuelo se enteraba, acabaría con él y con sus ganas de vivir. Y así fue, adelanté un día mi estancia en el campamento y a primera hora me recogieron para ir de vuelta a casa. Ahora, tras una segunda oportunidad, me doy cuenta del error que cometí, mi abuelo lo hubiera entendido, es más, su alegría habría aumentado sus ganas de vivir. Una pena, que mi reacción fuese la contraria. Pero bien, tenemos una segunda oportunidad para hacer las cosas como debieron ser. Supongo, además, que te fuera difícil superarlo, que el hecho de desaparecer no era alentador para ti, pero qué podía hacer más. Así fue mi manera de actuar y me arrepiento por lo que tuve en mis manos y no hice, pero me alegro de que pueda arreglarlo ahora.

Mientras el rumor del mar seguía de fondo, él se acercaba, me besaba, me acariciaba, me quería, jugaba con mis labios, me susurraba, me encantaba, le encantaba... y el tiempo no pasaba... hasta el amanecer...


Y los enamorados se quedaron acurrucados eternamente, tanto como lo fue su espera. Por fin aprovecharon la oportunidad que se les rendía a los pies. Se lo merecían, se lo ganaron, él y ella, dos almas reencarnadas, reencontradas y reenamoradas. Desde aquí, suerte en su devenir, que seguro, la tendrán.

FIN



Dedicat a la meua piruleta dolceta, perquè sense tu,
aquest final no hauria tingut sentit...



Y bien, aquí termina Tardes de Invierno Tardío, con dos enamorados que por fin encuentran el momento de expresar todo lo que tenían en su interior en estado puro...










2 comentarios:

Natalia dijo...

^^

Creo que no tengo palabras suficientes para comentarte(y bien sabes que es difícil que me quede sin ellas). El texto,la imagen, la pieza... es que eres demasiado :)

Desde luego que la ¡séptima! entrega bien ha valido la espera...
"Y te abrazo fuertemente contra mí, al que le responde una mayor presión por tu parte."

Y es que todos los finales no tienen por qué ser trágicos ¿verdad? A veces pueden tener una oportunidad que convertir en algo maravilloso... Como diría una amiga que probablemente pasará por aquí:
"Sin lo amargo, lo dulce no es tan tan tan dulce"

Un besito de piruleta ^^

Anónimo dijo...

Creo tienes una bonita historia de amor,¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿donde se puede encontrar un hombre tan romántico, como tú???????????


una seguidora tuya.


besos