martes, 26 de agosto de 2008

Huele a Septiembre: Un regalo, un recuerdo.


Y es que cada vez que anochece, huelo la brisa mientras observo el paisaje nocturno, la panorámica de Castellón a lo lejos, un horizonte lleno de lucecitas centelleantes como aquellas de la Tour Eiffel que iluminan durante diez minutos cada hora a aquellos transeúntes que van a visitarla, la ciudad del amor.

Y mientras cierro los ojos observando ese baile de luces, se hace notar un frescor otoñal, una brisa llena de recuerdos, y pienso...

¿Y cómo el tacto y el olfato pueden transmitir tal sensación? Pues esa brisa huele a lluvia, qué fenómeno tan especial, lluvia de Septiembre. Eso significa que todo acaba...
¿Por qué? Porque cuando llega Septiembre todo comienza otra vez. Volvemos a la rutina, a lo mismo de siempre...
¿Y eso es bonito? Sí, eso es genial. Porque resulta que la rutina no existe, el volver a empezar no es cierto. Todo va a ser diferente, todo...: compañeros, clases, estudios, cotilleos, telenovelas (eh??jj); nada puede ser igual al curso pasado, y es por eso que la rutina tampoco puede existir cuando todo va a ser nuevo otra vez.
¿No tienes miedo a que todo sea diferente: tus amigos, compañeros...? No, no hace falta cambiar de amigos ni compañeros para que sean diferentes, porque las personas cambian en su interior. De un día a otro una persona ya no es la misma que el día anterior, es por eso que serán diferentes aunque... en una cosa no cambiarán, y es que para lo bueno y para lo malo siempre estarán ahí. (oh dios inspiración divina ><).

Y es que cada día es un regalo, ¿no es eso una sorpresa?... Entonces... ¿Quién puede hablar de rutina si cada momento es una sorpresa...?

Resulta que los regalos tienen una propiedad, y es que quedan grabados en la retina, en el recuerdo. Regalos estivales recordados para siempre, que nunca volverán a ser iguales, porque todos y cada uno de ellos son únicos... Eso son, recuerdos.

Recuerdo... esas mañanas de tenis, esas piscinas a mediodía, esas tardes de playa, o bici, o de helados, esas noches hasta el amanecer bailando sin parar y no despertar hasta la hora de comer, el calor de esas siestas infinitas, ¿qué decir del ping-pong?... tantos momentos inolvidables...

Y acabo durmiendo, cayendo en un sueño que no termina hasta el primer rayo de luz que asoma nuestra bola de fuego por el horizonte del Mediterráneo.


Por todo lo que viene, veo que esto acaba... huele a Septiembre. Despedidas, añoranzas, melancolía, en definitiva, hasta otro verano, el cuál volverá a traer cosas nuevas... Dios mediante.

Ahí va
Inolvidable - Laura Pausini




~Todo por hoy~



Atte: Carlos

2 comentarios:

Anónimo dijo...

yeee ola putaaaaa, weno solo t qeria decir q dejaras un poco tus obligaciones i te dedicaras a las titis un poco mas q stas mas solo q la una. weno dew carapato

musicarlos91 dijo...

jajaaj que cabrón.. todo tiene su tiempooo, calmáte boludo ... playa playa sisisi!!