sábado, 8 de septiembre de 2012

Le p’tit Bistrôt

Vamos a rescatar a este pequeño Bistrôt o Bistró de la hambruna que ha sufrido durante largos meses, sumergido en las estrechas calles de una ciudad industrial, húmeda, viva y frenética. Porque frenética ha sido la rapidez en que avanza el tiempo, aunque todo lo anterior puede estar sometido al punto de vista de cualquier otro observador y diferir en los adjetivos.

En fin, en lo que pensaba cuando he decidido tomar el rumbo que he tomado para llegar hasta esta calle era en el valor que tiene mostrar al mundo las pequeñas batallitas del día a día que nos van pasando. Muchas veces, esta calle queda lejos de donde vivimos, o cerca pero nos viene mal acercarnos dependiendo de nuestro tiempo libre o de nuestra dedicación en salir por la calle. Total, que entre pitos y flautas, el Bistrôt se queda sin clientes, sin comida, sin vino y sin ná de ná.

Pues bien, voy a intentar, en la medida de mis posibilidades, implicarme más en el asunto, tomar las riendas del camino, coger la batuta y empezar a marcar el compás y ver cómo este pequeño lugar en el mundo que llamamos Tierra, comienza a proliferar y a surgir de entre las tinieblas, a quitarse las arañas, sus telas y demás insectos que habían hecho de este lugar un paraíso para ellos mismos. Sí, vamos a ver cómo la fuerza humana, una vez más, acaba trayendo "humanidad", que no naturaleza. Por desgracia, uno no ha aprendido, a estas horas del día, a convivir con el llamado reino de los insectos y mira que hay de bonitos. Pero, qué es la belleza: no es nada si no hay alguien que la aprecie. En resumen, que para llegar a esa calle, he tenido que pasar por sitios como ci-dessous...

 

Un abrazo

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