martes, 2 de septiembre de 2008

¿De qué sirve llorar cuando sabes que no hay solución?



Bueno un título algo largo pero creo que cada palabra es necesaria en esa pregunta. Como alguien dijo "Si sabes que tiene solución, ¿de qué te quejas? y si no la tiene, ¿para qué preocuparte?".


En realidad, pienso que no es totalmente cierta la frase porque cuando algo no tiene solución, según qué personas buscan de manera más ofuscada la luz hasta que se tropiezan y ven que realmente no había ningún resultado positivo a ese problema. Entonces, desde el exterior uno se pregunta, ¿nos podríamos haber evitado ese camino de llantos para llegar al mismo sitio? La respuesta es sí, y no es un don innato, sino que se aprende con la experiencia de la vida. Solo que algunos la aprenden antes que otros...

Por otra parte, tampoco nos podemos rendir cuando vemos que no tiene solución pero dentro de lo que cabe, aún hay algo que podamos hacer para salir de ese túnel. Es por eso que nos pasamos luchando por cosas durante toda la vida, sabiendo por tanto, que aún podemos hacer algo más.

Es por lo que viene en el título que las personas no aprenden hasta que se tropiezan en la misma piedra varias veces...qué digo, cientos de veces.


Me viene un ejemplo, que si me animo contaré a modo de relato próximamente, y es mi hospitalización a final de curso. Pues bien, fue un hecho casual que se me vino de repente sin saber porqué y la única manera de colaborar para que todo saliese sobre ruedas era aceptar lo que había ocurrido. ¿De qué servía llorar por no poder ir a un viaje de fin de curso si sabía que del hospital no saldría hasta pasados unos días? Pues sí, diréis que llorar sirve para desahogarse de la pena por no poder ir o por no poder cumplir algo que se tenía en mente. Y yo pienso que no necesitaba desahogarme, en aquel momento, porque era algo que yo no podía superar, no saldría del hospital recuperado esa misma noche y recogería la maleta por la mañana para ir de viaje por mucho que llorara o me lastimara, "no vale la pena tanto esfuerzo si luego vas a estar igual".

Esto último tiene un problema, y es que por pensar que luego vas a estar igual, se deja de luchar por lo que uno quiere por caer en el prejuicio de llegar al mismo sitio por la vía rápida. "No podré conseguir ese título, es muy difícil y no lo comprendo". Como pienso que no lo conseguiré, ¿no hace falta luchar por ello? Por eso digo que hay que analizar el problema, y qué manera será la mejor para actuar.

Pero cada uno es como es y está claro que llorar es buenísimo, tanto como reír. Libera muchas energías negativas. En mi caso personal, yo pensaba que para llegar al mismo sitio, es decir, la cama del hospital, el camino más rápido era aceptarlo de antemano y evitar el resto. Tal vez esa técnica la he aprendido de los problemas de matemáticas porque por
lo que me haya enseñado la vida...no creo, pues se necesitan muchos más años para aprender una ínfima parte de ella. En los problemas matemáticos se trata de encontrar el camino más rápido para llegar al mismo sitio, tal vez venga de ahí mi razonamiento en aquel momento.

De todas maneras no creas nada de lo que digo, porque posiblemente esté equivocado. Todo son verdades rel
ativas.

"Sorprendente para algunos, normal para otros, todo es relativo desde donde se mire"


[...El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto,
y también a llorar con carcajadas...]
(Cambio de letra porque cierta tiquismiquis no le gusta (L)] XDD au


PD: Por favor, los anónimos, haced el favor de identificaros. No me gusta hablar con la pared, es por eso que no contesto a anónimos (cosa que estoy haciendo) pero, tal vez, si los anónimos se identifican, se pueda establecer una comunicación más extendida. Gracias.

PD1: Y a los visitantes pasajeros, no cuesta nada dejar un saludo :)

~Todo por hoy~



Atte: Carlos

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y a veces estás tan cansado de luchar, que ni te esfuerzas por buscar una salida, y estás tan consumido que no te salen las lágrimas.

Y sí, nos podríamos haber evitado ese camino. Pero ese sería el camino fácil... Cuando algo te cuesta más, sea esfuerzo, sean lágrimas, luego al conseguirlo te vas a sentir más realizado.

Dicen que si tienes dos opciones para elegir, elijas la difícil. Claro que luego está la comodidad y el empeño...